Los estadounidenses sufren casi 500,000 nuevas infecciones de coronavirus por día, con más de 100,000 hospitalizados y una tasa de mortalidad 1/3 más alta que en el pico del invierno pasado. Los líderes del gobierno federal alegan que su liderazgo estaba cambiando con éxito el rumbo de la pandemia, pero primero fue socavado por los conservadores que rechazaron acciones necesarias como vacunas y máscaras, y luego por la nueva variante Omicron. Sin embargo, aparte de eso, el gobierno en todos los niveles no exigió la máxima protección de las personas, y debemos decir abiertamente por qué.
La clase dominante está abandonando a los estadounidenses más necesitados. Con más corporaciones que usan robótica e inteligencia artificial, se necesitan menos humanos para la producción y la obtención de ganancias. Caen en la nueva clase que no puede pagar una vivienda adecuada, alimentos u otras necesidades, y necesita ayuda del gobierno. En cambio, miles de esta clase están muriendo porque el gobierno se negó a proporcionar suficientes recursos y practicas de atención médica que garanticen la vacunación, el uso de máscaras, el distanciamiento, etc. para esa clase. Simultáneamente, las élites también están reorganizando su sistema de policía y desatando nuevas fuerzas de vigilantes privados, todo en preparación para lanzar confrontaciones mortales con la nueva clase en crecimiento.
Mientras COVID-19 se extendía por la sociedad, millones marchaban en las calles contra esta creciente amenaza fascista. Aplaudieron las sentencias perpetuas impuestas a tres vigilantes de Georgia que dispararon contra Ahmaud Arbery por “trotar de manera sospechosa” y las condenas de policías asesinos en Oklahoma y Missouri. Sin embargo, en Wisconsin, Kyle Rittenhouse fue liberado a pesar de matar a dos y herir gravemente a otro mientras protestaban contra la policía asesina.
Se nos dice que estos veredictos contrastantes prueban que nuestro enemigo no es un mal sistema legal, solo malos jurados y jueces individuales. En realidad, solo refleja el proceso contradictorio mediante el cual se implementan métodos de control cada vez más fascistas, mientras que la gente usa los derechos que le quedan para luchar en los tribunales y en las calles. A medida que los millones descartados se organizan para exigir que su gobierno los ayude, esta clase dominante debe preparar métodos fascistas más agresivos para controlar a aquellos que deben luchar para sobrevivir. Esa represión se extenderá cada vez más a mayores sectores de la sociedad.
Entonces, la policía continúa matando inocentes. Y más ciudadanos privados están asumiendo la violencia y los asesinatos modelados por la policía. La caza y el asesinato de Ahmaud Arbery reflejaron ese desarrollo, y el tiroteo de Kyle Rittenhouse contra tres manifestantes lo llevó a un nivel superior. El hecho de que su absolución fue decidido inmediatamente después de la poderosa rebelión de George Floyd revela una esencia política contrarrevolucionaria. Dió un estímulo significativo a la base de masas fascista que se está desarrollando.
Un veredicto positivo, o una nueva regulación que prohíba los estrangulamientos por policía, no detienen el desarrollo en curso del fascismo. El Estado tiene que poner a la policía individual bajo un control más estricto y militarizado en preparación para defender la propiedad privada de la clase dominante en contra de la creciente clase de personas desplazadas. Ellos no tienen más remedio que exigir que se les proporcione atención médica, vivienda, alimentos y otras necesidades básicas. Nuevas regulaciones del control de la policía pueden desempeñar un papel en facilitar la militarización de ellos.
El asesinato policial interconecta clase y color. Por lo general, la policía mata a quienes realizan los trabajos peor pagados y a los que quedan fuera de la economía laboral, y dado que una alta proporción de afroamericanos pertenecen a esos sectores, los asesinatos policiales de negros suelen ser también parte de la violencia contra una clase. Así es que dos policías de Oklahoma torturaron a un hombre blanco hasta la muerte con 50 descargas eléctricas, y Rittenhouse disparó a tres blancos mientras luchaban por la unidad de todas las víctimas de la policía. Estos fueron actos de guerra de clases, y en la absolución de Rittenhouse, elementos del Estado jugaron abiertamente un papel partidista en esa guerra.
La clase que está siendo despojada de cualquier papel estable en la nueva economía se movilizará cada vez más para luchar por su protección contra las pandemias y por sus otras necesidades. Entonces, ellos serán cada vez más reprimidos, convirtiéndose en un punto de reunión para quienes luchan por superar el impulso hacia más fascismo. . Los revolucionarios deben usar estos desarrollos para ayudarlos a ver que la producción robótica puede y debe ser arrebatada de la clase dominante para convertirse en propiedad pública que ayude a proporcionar recursos para proteger la salud del público tanto de virus como de policías asesinos.