El espectacular triunfo de 2020 sobre el fascismo norteamericano tipo Donald Trump fue reflejo y testimonio de la incontenible fuerza del movimiento social cuando toma parte en el proceso electoral. Las desesperadas maniobras en 2021 de legislaturas estatales para suprimir el voto dan nueva fe de esa fuerza y del verdadero temor que provoca en la clase dominante.
Las elecciones de 2022 volverán a poner a pruebas nuestro movimiento y marcarán un hito más en la historia de Estados Unidos. Fijarán las condiciones para las elecciones de 2024 que muy probablemente determinarán cuán rápido se hundirá el país en una dictadura abiertamente fascista.
No se trata meramente del control del Congreso y el Senado. Muchos de los mayores retos que enfrentamos se deciden a nivel estatal y local y el propio gobierno federal se apoya y depende de una enorme red de organismos electos estatales y municipales. Ellos a diario manejan cuestiones cruciales relacionadas con Medicaid, la vivienda, el encarcelamiento y los derechos reproductivos. El futuro del derecho al voto y hasta de las elecciones federales a menudo lo deciden realmente funcionarios públicos. La clase dirigente manipula cada vez más el sistema insertando sus guardianes para asegurar que sólo tengamos candidatos políticos en ambos partidos que apoyen la clase gobernante.
La política estatal y municipal se ha convertido en un importante escenario para los fascistas
Respondiendo a las victorias electorales de la clase trabajadora en 2020, grupos de extrema derecha como QAnon, los Proud Boys y los Oath Keepers, además de los partidarios de Trump y Steve Bannon, están concentrándose en los gobiernos locales. Un total de 222 de los participantes en el ataque al Capitolio del 6 de enero actualmente son funcionarios electos o están postulados a un cargo público. Muchas reuniones de juntas escolares incitadas por estos grupos de extrema derecha se ven presionadas y hasta bajo ataque con el pretexto de “los derechos de los padres” opuestos a los mandatos de uso de mascarilla, la llamada teoría crítica de la raza y cuestiones de LGBTQ y hay candidatos que se postulan en base a estas plataformas.
En Shasta, California, milicianos de extrema derecha provocados por el fracaso electoral de Trump y los mandatos de uso de mascarilla revocaron de su cargo a un republicano relativamente moderado y se hicieron el sector mayoritario en la Junta de Supervisores. En Colorado, se enviaron miembros armados del “Plan de Integridad Electoral de Estados Unidos” a hogares de electores en barrios pobres, mayormente de gente de color, exigiéndoles que confirmaran su dirección y su participación en las elecciones de 2020 y acusándolos de emitir votos fraudulentos. Un artículo de la revista The Nation, “El pueblo que Q-Anon casi se tragó”, cuenta del intento de demagogos de extrema derecha de asumir control de un pueblo pequeño en el Noroeste del Pacífico.
Se impulsa a la acción a candidatos jóvenes y progresistas
Cada vez más norteamericanos están desafiando las amenazas a los derechos democráticos. El 2022 ha visto una oleada por todo el país de candidatos progresistas independientes de las corporaciones en elecciones locales y estatales, siguiendo un patrón que empezó tras la elección de Trump en 2016. La organización Postúlate (Run for Something), que anima y respalda a jóvenes progresistas, ha reclutado a casi 100,000 individuos en todos los estados, que luchan por las necesidades humanas elementales. En Pennsylvania, miembros jóvenes de la Cámara de Representantes estatal formaron un caucus sobre la deuda estudiantil. En Berkeley, California, miembros jóvenes del concejo municipal ayudaron a ponerle fin a la zonificación de viviendas unifamiliares y le quitaron a la policía el encargo del cumplimiento de normas de tráfico. En Florida, jóvenes representantes estatales emplearon los medios sociales para ayudar a 45,000 residentes a tener acceso a beneficios de desempleo.
En California, sea el Condado de Yolo, Los Ángeles, Oakland, San José, en fin, toda jurisdicción, se están postulando candidatos que luchan por vivienda accesible, agua potable saludable, un sistema de justicia criminal justo y cuidado médico a escaños en los gobiernos municipales y de condado, consejos de aguas, la fiscalía, juntas de estabilización de alquiler, la asamblea estatal, etc. Oakland, California, está luchando por el futuro de sus hijos y el alma de la ciudad. Cuando la junta escolar respaldada por una mayoría de promotores inmobiliarios propuso el cierre de 15 a 19 escuelas, tenaces manifestaciones a diario encabezadas por miembros progresistas de la junta escolar lograron reducir los cierres a una fracción de lo que se proponía. Esta lucha de los obreros de Oakland por la libertad de la carencia, el analfabetismo, la desigualdad y la injusticia está inspirando nuevas campañas para reemplazar a representantes que han conspirado en contra de los derechos de los trabajadores.
En Texas, dos jóvenes demócratas progresistas—Greg Casar y Jasmine Crockett—están bien ubicadas para incorporarse al Congreso tras campañas que se centraron en el aumento del salario mínimo y Medicare para Todos y el Nuevo Acuerdo Ecológico (Green New Deal).
El optimismo y los electores jóvenes
Al aproximarse las elecciones, la clase dominante, sea del sector demócrata o del republicano, está agresivamente promoviendo el derrotismo, el desaliento y la pasividad en un intento de reducir la participación electoral y asegurar el triunfo de los enemigos declarados de la gente que lucha por la atención médica, la vivienda y la educación y en contra de la encarcelación en masa y la catástrofe climática. Pero como ha señalado el Rev. Barber de la Campaña de los Pobres, en la lucha por la democracia no tenemos el derecho a la desesperación.
No hay razón para el derrotismo. Como afirmó Ronald Brownstein, puede lógicamente proyectarse para el 2022 la continuación del gran impulso desatado con la participación sin precedentes en las elecciones de 2018 y 2020. Entre 2016 y 2022, el porcentaje de electores de menos de 30 años de edad ha aumentado de un tercio a casi 45% del electorado. Se calcula que unos 17 millones de nuevos electores de la Generación Z podrán votar entre 2020 y 2024. El 49% de los electores de la Generación Z son personas de color y el 20% se identifica como LGBTQ.
Aunque casi todos están en contra de Trump, los electores jóvenes no son indiscutiblemente leales a los demócratas. Sólo un 40% de los electores de 18 a 34 años de edad aprueban del desempeño de Joe Biden como presidente. Su lealtad está con resolver los problemas de vida o muerte que enfrentan como miembros de la clase trabajadora: las necesidades humanas básicas, la reforma de la justicia penal y la inmigración, el cambio climático, la libertad reproductiva, los derechos LGBTQ y especialmente la cancelación de la deuda estudiantil. Una creciente porción del electorado está dispuesta a echar fuera a Manchin, Sinema, Biden y cualquier otro demócrata a favor de las corporaciones que se interponga entre ellos y sus necesidades vitales.
El papel de los revolucionarios
En este momento, el papel de los revolucionarios es movilizar el movimiento para que redoble su participación electoral. Es “la evolución de la revolución”. De Oakland a Atlanta, la rebelión del 2020 en realidad nunca se detuvo. Se propagó de Black Lives Matter (Las vidas negras importan) hasta el replantearse la seguridad pública, la defensa de la educación pública y la lucha por la democracia económica. No pueden prosperar los intentos de la clase dominante de dividir y dispersar el movimiento con campañas estúpidas como la oposición a “la Teoría crítica de la raza”. Los revolucionarios aprovechan toda oportunidad para afirmar que la meta final es una sociedad cooperativa pacífica, pero siempre lo hacen desde las entrañas de la lucha por éxitos inmediatos. Su papel es atar cabos. Como dijo en una ocasión Frei Betto, los que no toman parte en la política están condenados a ser dominados por los que sí lo hacen.
julio/augosto 2022. vol.32. Ed4
Este artículo originó en Rally, camaradas!
CORREO: Box 477113 Chicago, IL 60647 rally@lrna.org
Se pueden reproducir artículos a menos de que se indique lo contrario.
Por favor incluya este mensaje con cualquier reproducción.