Una batalla acalorada se libra en América con respecto a los inmigrantes y el santuario. Se ha planteado de asunto partidista, con Trump y sus partidarios por un lado, y aquellos contra las políticas de Trump por el otro. En oposición al movimiento del santuario, Trump se declara listo a “expulsar a individuos peligrosos y a criminales fuera del país, con tal de proteger trabajos para americanos,” aunque los hechos demuestran que la criminalidad es más baja entre los inmigrantes en comparación con los nacidos en los EE. UU. Además, la oposición al santuario implica el castigo federal impuesto a los estados, las ciudades, iglesias o individuos quienes desafían las órdenes ejecutivas del presidente Trump acerca de la inmigración y el santuario.
Aunque Trump es, naturalmente, el foco de atención de muchos en el movimiento, la lucha es una batalla entre el estado manejado por la clase dominante y una nueva clase que está en proceso de formación. Esta nueva clase se compone de ciudadanos y no ciudadanos y debe su existencia a cambios profundos en la economía y de la manera en que se producen y distribuyen los bienes. No es una lucha entre izquierda y derecha. El movimiento del santuario es una expresión de toda la clase obrera atacada por una clase dominante fascista, aunque ahora el blanco al tiro es su componente de la nueva clase, en particular los indocumentados.
El significado de los tiempos es que estamos en una lucha por el corazón, el alma y la mente del pueblo estadounidense. Se trata de la visión que uno tiene de América. ¿Es la visión atractiva e invitadora de la Estatua de la Libertad? “Denme sus cansados, sus pobres, sus masas acurrucadas anhelando respirar libremente.” ¿O es una visión cada vez más sombría y obscura de defender a Estados Unidos de interminables enemigos extranjeros y domésticos a través del aumento de los poderes policiales, la intervención militar, el aumento de la vigilancia interna y la entrega al por mayor de las libertades individuales para todos los estadounidenses?
Movimiento Santuario
En la actualidad, 34 estados están considerando o promulgando ordenanzas anti-santuario que hacen ilegal el albergue o protección de extranjeros indocumentados, con un núcleo de los estados situados en el sur de los Estados Unidos. Por ejemplo, Texas recientemente aprobó SB4, conocida como “Muéstrame tus papeles.” Tales medidas no son nada nuevo. La Proposición 187 de California en la votación en 1994 y la Ley de Sensenbrenner (HR 4437) a nivel nacional en 2005 habían propuesto verificar la ciudadanía o el estatus legal para servicios públicos tales como cuidado de la salud, educación pública y fortalecimiento interno y fronterizo. Ambos enfrentaron una resistencia masiva por parte de los inmigrantes, sus familias y sus partidarios, como comienza a experimentar Texas con SB4.
Hoy en día, más de 400 iglesias a nivel nacional se han declarado santuarios. Varios estados, ciudades y pueblos de todo el país están proponiendo ordenanzas de santuario. Se incluye el propuesto California “Values Act” SB54. Además, varios colegios, universidades y algunos centros de salud se han declarado santuarios.
Desde tiempos bíblicos, el término “santuario” ha significado un lugar seguro de persecución y de violencia a los oprimidos. En los tiempos de Jesucristo significaba alimentar a los hambrientos, vestir al damnificado, proveer refugio a los desamparados, proteger a los indefensos y sanar a los enfermos. Incluso significaba expulsar a los prestamistas de dinero y los especuladores del santuario del templo.
El movimiento santuario de hoy está en la gran tradición moral de nuestro país. Santuario se ha ofrecido a los opositores a la guerra de Vietnam, a los refugiados centroamericanos de las guerras patrocinadas por Estados Unidos en la década de 1980, y últimamente por los niños y las familias que huyen de la violencia y la guerra contra las drogas en México y America Latina. Las ocupaciones recientes de los puertos aéreos nacionales en oposición a la orden ejecutiva de Trump sobre la prohibición musulmana están en la misma tradición moral.
Desde la promulgación de la Ley de Esclavos Fugitivos de 1850 los estadounidenses jamás han estado tan polarizados acerca de un tema. Tomando prestado de la historia, la Ley de Esclavos Fugitivos despertó a los habitantes del Norte de los EE.UU a la realidad de la esclavitud mostrando que no era sólo un problema del Sur, ya que presenciaron de primera mano la crueldad y la violencia de los arrestos en sus vecindarios. Esto llevó a desafiar abiertamente a los cazadores de esclavos, a la apertura de iglesias como santuarios y a la promoción activa del Ferrocarril Subterráneo de esclavos escapados a Canadá y México.
Tal como sucedió en ese entonces, y así hoy, el respeto por “una ley moral superior” está impulsando a los estadounidenses de diferentes orígenes a la acción. Comienzan a actuar en desafío a la administración de Trump y a la camarilla de multimillonarios que él representa, cuales muchos sienten que han tomado el control del aparato estatal y lo han desviado a sus intereses.
Los partidarios del Santuario califican las acciones de la administración como inhumanas, antinaturales y no americanas. Las iglesias afroamericanas ofrecen santuario, con el legado de la esclavitud y la segregación de leyes de Jim Crow y la brutalidad aún grabadas en sus recuerdos. Los jóvenes blancos y afroamericanos marchan en apoyo de sus amigos DACA y vecinos inmigrantes, ya que se han mezclado a ciudadanos indocumentados y estadounidenses aún en las mismas familias. El alcalde blanco de Clarkston, Georgia, en desafío abierto de su estado anti-santuario, declara el santuario y llama su ciudad la “isla de Ellis de Georgia.” Una sheriff en Austin, Tejas y su condado fueron penalizados con la retención de más de 1.5 millones de dólares en fondos federales por negarse a cooperar con ICE con detenciones de inmigrantes indocumentados.
No hace mucho tiempo, los irlandeses, los alemanes, los italianos y otros inmigrantes también fueron estigmatizados y culpados por los males de la sociedad en los EE.UU. A pesar de que llegaron en un período diferente, su tratamiento en ese entonces, y el tratamiento dado a los nuevos inmigrantes de hoy, claman por la justicia y la hermandad.
La Inmigración Hoy
La inmigración hoy es consecuencia directa de la globalización basada en la tecnología que reemplaza la mano de obra. El capitalismo y sus medios de producción altamente desarrollados han penetrado a todos los rincones de la tierra de tal manera que los inmigrantes son desarraigados. Abandonan sus países, no porque quieran, sino porque tienen que hacerlo para sobrevivir. Se les niega la posibilidad de ganarse la vida en sus países de origen por medio de acuerdos comerciales injustos, la guerra y la violencia, y la incesante introducción de la tecnología que reemplaza la mano de obra. Por ejemplo, la implementación del Tratado de Libre Comercio en 1994 tuvo la consecuencia directa e indirecta de desplazar a más de 2 millones de campesinos de sus tierras en el sur de México rural. Asimismo, la actual “guerra contra las drogas” sancionada por Estados Unidos en México ha causado más de 54.000 muertes violentas en México en los últimos 5 años y ha provocado que miles de personas huyan de su patria.
Cuando los inmigrantes llegan a los Estados Unidos, su estatus ilegal los ha hecho tradicionalmente vulnerables y altamente explotables. Constituyen una gran reserva de mano de obra barata, viven en las sombras y no pueden acceder a los derechos laborales básicos. Para fines prácticos, la mayoría de los mexicanos no pueden inmigrar a los Estados Unidos legalmente a causa de cuotas históricamente bajas para México, y una vez aquí, no pueden conseguir papeles. Debido a un sistema anticuado, puede tomar hasta dos décadas para inmigrar a sus padres o un hermano o hermana. Contrariamente a lo que proclaman los portavoces antiinmigrantes, no vienen aquí para desperdiciar beneficios y servicios públicos. No son elegibles para ellos en primer lugar.
En el ambiente políticamente cargado actual, los inmigrantes en los Estados Unidos (como en Europa y varios otros lugares alrededor del mundo) se empujan en el nido proverbial de los avispones. En el ambiente posterior al 911, los inmigrantes han estado vinculados con el terrorismo, permitiendo la construcción de un edificio entero de vigilancia, la militarización de la frontera, y un desarrollo inmenso de prisiones con fines lucrativos. En este país, estas medidas adoptan las formas de Homeland Security, la Ley Patriota, y la ampliación de los poderes militar y policial de ICE (Inmigración, Aduanas y Enforzamiento). Ellos han permitido una mayor vigilancia de ciudadanos y de residentes, que se entromete en los derechos personales y civiles de todos, como muestran las cintas de Snowden. Este subterfugio está ocurriendo a pesar de que ningún terrorista hasta la fecha ha cruzado la frontera mexicana hacia los EE.UU.
La incesante marcha de la tecnología que reemplaza la mano de obra también está causando estragos en los Estados Unidos, con trabajadores industriales desarraigados y desplazados, particularmente notable en varios estados del medio oeste del país. Antiguamente el pilar de la fuerza del capitalismo de los Estados Unidos, también han sido arrojados a los perros.
En este escenario demagogos como Trump, han intervenido para culpar a los inmigrantes, aunque no causaron el cierre de las acerías o minas de carbón en el medio oeste. Esta tontería fue causada por el abandono a manos del Partido Demócrata de esta sección de la clase trabajadora, particularmente por Hillary y su cortejo en las recientes elecciones, cuando les llamaron “deplorables” a los trabajadores de aquella zona por que se creyeron de las promesas de Trump. En realidad, ni el Partido Demócrata ni el Partido Republicano tienen nada que ofrecerle a la clase obrera, ya que se deben a Wall Street y simplemente representan diferentes caras de la misma bestia capitalista.
Surgimiento de una Nueva Clase Global
Una sección de la clase obrera que anteriormente tuvo algo y lo ha perdido ahora está siendo empujada contra otra sección de la clase obrera que antes tenía muy poco o nada en absoluto, y ahora quiere algo. Esto resume la estrategia de la clase capitalista. A toda costa quieren impedir la unidad de la clase obrera. ¿De qué otras maneras pueden ocultar el hecho obsceno de que 8 personas en todo el mundo poseen más riqueza que la mitad más pobre de la humanidad?
Así como los derechos democráticos fueron pisoteados en los países de origen de los inmigrantes en el pasado reciente, para dar paso a la eliminación total de la red de seguridad social y las economías nacionales de los países de origen, se está viendo un proceso semejante en éste país. Históricamente, los EE.UU se ha visto como el faro de la luz, la oportunidad y la inspiración para el mundo entero. Hoy en día, los derechos democráticos en los EE.UU también están siendo destruidos en la medida que las personas son arrojadas a las calles como desecho sin valor.
Se está formando una nueva clase de trabajadores, que son abandonados al ser expulsados de la producción y arrojados a las calles. Esta nueva clase es constituida por sectores empleados y desempleados. Los trabajadores de medio tiempo, para casos de contingencias y empleados por debajo del sueldo mínimo del sector empleado – ya representan más de la tercera parte de la fuerza laboral. El sector empleado de la clase se ve constantemente arrastrado hacia el sector desempleado, el cual incluye desde los desempleados en términos estructurales hasta los trabajadores absolutamente indigentes y sin techo.
Unidos esta nueva clase es una fuerza potente que no tiene nada que perder y mucho por ganarse. Con claridad y la comprensión adecuada de su papel crítico, pueden abrirle el camino para el resto de la clase trabajadora hacia una sociedad cooperativa en la cual todos son valorados y la diversidad es bien recibida.
El Santuario no es sino un paso en esta línea de marcha hacia una sociedad cooperativa. Es un paso en la dirección correcta. La bifurcación en el camino es hacia un futuro del fascismo, de la división, de la destrucción y de la necesidad – o hacia un futuro justo, abundante y satisfactorio de la cooperación y de la confianza que la nueva tecnología hace posible.
Uniendo a los “Criminales de la Necesidad”
El santuario en sí no es la solución. Su importancia radica en que forja alianzas y unidad a través de la experiencia práctica. Es un paso indispensable para desarrollar la conciencia de que todos somos parte de una clase en oposición a los capitalistas. Lo que en realidad sucede y ademas es necesario es expandir el concepto de santuario desde el simple refugio seguro hasta forjar vínculos de amistad y camaradería a través de la lucha mutuamente compartida por las necesidades de la vida.
La tarea no será fácil porque estamos enfrentando siglos de divisiones nacionales, étnicas y raciales. Sin embargo, con todo el edificio del capitalismo colapsando sin lugar para expandirse, la pobreza común puede y debe unir a los “criminales de la necesidad”, pero sólo si se introducen las ideas correctas.
noviembre/diciembre 2017.Vol27.Ed6
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