El tema actual de los inmigrantes indocumentados debe analizarse en el contexto de la globalización y el capitalismo en la era de la electrónica. El traslado de obreros más pobres hacia países más ricos es una parte objetiva de ese proceso. En el ámbito mundial, uno de cada tres es un trabajador migrante. La internacionalización del capital y el desarrollo de un mercado mundial exigen la apertura de fronteras para los obreros inmigrantes.
El mundo tal como lo conocíamos es algo del pasado y los trabajadores se están desarraigando y desplazando en todo el mundo. En este país, los obreros inmigrantes forman parte integral del proceso mediante el cual se está deteriorando la “clase media” y que también está rebajando a los trabajadores al nivel de que “el último contratado es el primero en ser despedido”. Los obreros inmigrantes también son parte de la creciente masa de trabajadores desposeídos. Sus demandas reflejan las demandas en común de esta nueva clase, un aspecto central como desposeídos – la atención a la salud, una vivienda digna, la educación para sus hijos, puestos de empleo y una forma de superar la pobreza.
Los trabajadores, incluidos los indocumentados, no pueden vivir sin sus puestos de empleo y los capitalistas no pueden ofrecer trabajo en una economía basada en la producción electrónica, la cual está eliminando muchos puestos de empleo de manera sistemática. En este contexto, la propia inmigración se transforma en el tema que oculta el temor acerca de la pérdida del empleo, de la vivienda etc. La clase gobernante, la cual no tiene verdaderas soluciones, recurre a la búsqueda de chivos expiatorios y tácticas de “dividir y conquistar”, a fin de controlar no sólo a los obreros inmigrantes sino a toda la clase. Su objetivo es criminalizar a un segmento de la clase obrera para evitar su unidad como clase.
Como tal, el asunto migratorio representa un frente esencial en nuestra lucha por los corazones y las mentes de la clase obrera estadounidense en general y del sector latino y de habla hispana en particular. Para la clase en general, el asunto migratorio se está utilizando como uno de los escollos principales para el desarrollo de la unidad de la clase obrera, al igual que como un ataque solapado a esta clase en general, al introducir medidas represivas tales como los programas denominados Comunidades Seguras y E-Verify, al igual que el uso de presidios privados, una mayor represión en las fronteras y la militarización general de la sociedad estadounidense, y el ambiente de temor y desconfianza que suponen estas políticas.
Aún la denominada reforma migratoria no representa una solución. Si los revolucionarios permiten que la clase gobernante dicte el terreno político, la clase obrera terminará por luchar unos contra otros por las migajas que reparta la clase capitalista. Luchemos una lucha por los derechos humanos y por la igualdad de todos. Nadie es ilegal.
Planteamos el tema de un nuevo tipo de sociedad, de una que sea cooperativa, en la que todos puedan tener lo necesario para llevar una vida decente y culta. Sobre todo, luchamos por la unidad de la clase obrera y la lucha por el poder político de esa clase para poder lograr su objetivo de una vida más adecuada para ellos mismos y sus familias.
julio/augosto 2013.Vol22.Ed4
This article originated in Rally, Comrades!
P.O. Box 477113 Chicago, IL 60647 rally@lrna.org
Free to reproduce unless otherwise marked.
Please include this message with any reproduction.