por el Consejo Nacional, Liga de Revolucionarios por una Nueva América
La represión y la violencia son cada vez más intensas en las respuestas del gobierno a las protestas, es una advertencia para el pueblo estadounidense. El movimiento Stop Cop City (Alto a Ciudad Policía, en español) en Atlanta ha sido el ejemplo más reciente. Manuel Esteban Páez Terán “Tortuguita”, de 26 años, un activista desarmado que fue baleado por la policía mientras protestaba sentado, llevó la represión a violencia mortal.. Se realizó una redada en el Fondo de Fianzas Solidarias de Atlanta que brindó asistencia legal a los manifestantes. Quince horas de testimonio de ciudadanos ante el Concejo Municipal de Atlanta que se oponían a Cop City, fueron casi ignoradas: el Consejo aprobó la financiación de $67 millones de todas maneras.
Los derechos a libertad de expresión, libertad de reunirse e incluso libertad de opinión también están bajo ataque. Meses después de una redada de medianoche del FBI al estilo SWAT en contra del Partido Socialista Popular Africano, algunos de los miembros fueron acusados, sin ninguna base, como cómplices de Rusia por su oposición al papel de su propio gobierno estadounidense en la guerra en Ucrania.
Se ha aprobado legislación reciente para limitar el acceso de las personas a las aceras y terrenos públicos, los ayuntamientos y los juzgados. El último asalto incluyó intentos de presentar cargos de terrorismo doméstico contra algunos de los manifestantes de Cop City. Eso marcó la pauta para medidas aún más draconianas para cerrar y castigar a los manifestantes en protección de su recurso más valioso: la propiedad privada corporativa.
El ataque sirve a entidades privadas y corporativas, no por el bien público o el bienestar de la naturaleza misma. La motivación es clara: es desmoralizar, normalizar la incapacidad de los individuos y las organizaciones de base para defenderse. Cuando la clase dominante no quiere ni puede satisfacer las necesidades básicas de los pueblos, silenciar la disidencia sirve para hacer más peligrosos los actos de protesta y más extremas y violentas las medidas para aplastarlos. Criminalizar las cocinas públicas que alimentan a las personas sin hogar y destruir las tiendas de campaña como intentos de eliminar los signos de pobreza a la vista del público es la reacción de una nación en quiebra en todos los niveles.
La democracia no puede existir sin la libertad de expresión y concentración. Nuestro país está gobernado por una poderosa clase de capitalistas que ve como sus enemigos a aquellos que amenazan sus intereses, tanto en el exterior como en el interior. La clase dominante comienza su ataque apuntando a las personas marginadas; inmigrantes, políticos radicales, personas sin hogar con recursos limitados o sin recursos.
Cualquiera puede ser el próximo objetivo. La defensa de uno es la defensa de todos. Hay que utilizar todas las vías disponibles. Hay que hacer un llamado a nuestros representantes para que luchen por la democracia por la que fueron elegidos para defender, para asegurar que se escuchen las voces de la gente. Esto podría significar pasar noches sin dormir en el ayuntamiento. Podría significar lo está haciendo ahora la gente de Atlanta a través de un referéndum para poner a Cop City en la boleta electoral en las próximas elecciones. Es una lucha de todos.
Publicado el 1 de agosto de 2023
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