
Columbia por parte de Trump. El cartel dice «Las tropas temporales no arreglarán un sistema quebrado»
CRÉDITO: Johnny Silvercloud
Por el Comité Nacional de Vivienda y la Gente Sin Hogar
Washington DC, 12 de agost, 2025: «Ayer caminé de la Casa Blanca al National Mall … Las calles estaban inquietantemente vacías para una tarde de agosto en la zona de los famosos monumentos. En algunos lugares, había más personal del ICE, la DEA, la ARNG y el FBI que de gente normal. Había camiones de bomberos bloqueando las vías de tránsito sin razón alguna. Había Humvees aparcados frente al Union Station sólo para aterrorizar a la gente, dejándonos saber que nos estaban vigilando…». Facebook, Mia Michelle McClain
La ocupación de Washington, D.C. por la policía bajo órdenes de la administración de Trump es un despiadado ataque fascista contra familias trabajadoras. Traiciona la democracia y viola la igualdad de protección poniendo de blanco ciudades con líderes afroamericanos y las llamadas «ciudades santuario». Amenaza a la gente viviendo en residencias de bajos ingresos con su bestial llamamiento de «deshacerse de los barrios marginales», descartando a la humanidad que allí vive. Por último, la orden de multar o encarcelar a cualquier residente sin hogar que no abandone la ciudad o entre en un refugio (aunque literalmente no tienen las camas disponibles) es un ataque con todo al derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
La resistencia no perdió tiempo. Grupos de ayuda mutua, como Miriam’s Kitchen, se pusieron en marcha, ayudando a los residentes de los campamentos sin hogar durante redadas y luchando por nuevos refugios y la protección de la gente contra el calabozo. Free DC, una organización comunitaria creada en protesta a los abusos de Biden, organizó de una vez la resistencia contra Trump. Dirigió manifestaciones nocturnas al golpe de cacerolas, equipos de escolta para los estudiantes vulnerables (para la mañana y para la tarde), y el Adoptar una Zona de Seguridad para proteger a los jóvenes perseguidos por la policía al mando de Trump.
La estrategia de la clase super millonaria es, transparentemente, «dividir y conquistar» y despojar a la clase trabajadora de sus derechos—sector por sector. Muchos así ven las deportaciones masivas de migrantes y el encarcelamiento en masa, especialmente de afroamericanos y latinos. Menos comprenden que los ataques de Trump contra personas sin hogar son una campaña calculada contra el derecho a la vivienda de todos los trabajadores con bajos ingresos.
MANTENIEN SEPARADOS A LOS QUE TIENEN VIVIENDA DE LOS QUE NO LA TIENEN
La orden ejecutiva de Trump del 24 de julio sobre las personas sin techo se basa en la mentira de que el problema es «la delincuencia y el desorden en las calles de Estados Unidos». Deliberadamente se niega a mencionar la verdadera causa de la carencia de vivienda—las rentas fuera de alcance—y pide abiertamente la cancelación del programa «Housing First» (Primero la Vivienda), que ayuda a la gente a conseguir vivienda permanente. En lugar de acabar con la falta de vivienda y reducir los alquileres asignando más fondos, la administración pide recortes masivos en los programas en pie de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD).
El secretario de HUD, Scott Turner, critica a las personas sin hogar por su «ciclo de dependencia», como si la gran mayoría no hubiese trabajado duro durante la mayor parte de su vida, como si no existiera en Estados Unidos una falta de 7.1 millones de viviendas para personas con ingresos extremadamente bajos. O, como si ellas fueran perezosas porque no pueden trabajar las 116 horas a salario mínimo semanales que necesitarían para poder afrontar un alquiler típico.
Separar deliberadamente los problemas de la falta de vivienda del de la vivienda es una leal ayuda al «complejo industrial inmobiliario», que por más de un siglo ha saboteado la política de vivienda asequible, evadiendo la competencia y manteniendo rentas exorbitantes. Por otra parte, es una movida consciente de la clase dominante para crear una brecha entre la gente sin hogar y la que aún lucha para poder pagar el alquiler o la hipoteca. El alquiler no es más que un tributo que pagan los trabajadores con menos ingresos, mayormente a personas con riqueza generacional (si no a corporaciones super millonarias). La idea es dividir el movimiento por la vivienda con mentiras y insinuaciones maliciosas, para convertir el temor natural de la gente a quedarse sin hogar en un odio hacia quienes lo viven.
El llamamiento de Trump a «deshacerse de la gente de los pasillos subterráneos y los espacios públicos» y obligar a gente sin hogar a «mudarse INMEDIATAMENTE … LEJOS de la capital» recuerda a los programas nazis de «embellecimiento». Los llamados «Asociales» eran enviados a campos de concentración donde morían de hambre o de la explotación. Ahora al estigmatizar a las personas sin hogar, aterrorizan a los cientos de millones de estadounidenses que corren el riesgo de quedarse sin casa y los disuaden de unirse en un frente de lucha común contra la dictadura.
«¿Qué vas a hacer, criminalizar a las personas sin hogar?», preguntó un residente mientras lo sacaban de un campamento en San José, California. «Si pueden trabajar juntos para encerrar a todo el mundo, ¿por qué no pueden hacerlo para conseguirles vivienda? Por todo el país, tratan a la gente sin techo y a sus campamentos de la misma forma. Fíjate en lo que están haciendo en Gaza. ¿Cuál es la diferencia? … Aunque les des algo por un año o seis meses, ¿qué has hecho para cambiar la situación, a la que van a volver? … Yo he visto muchas cosas locas aquí y he visto muchas cosas bonitas, a gente ayudando, a gente esforzándose para lograr cosas. Así que yo sé que podemos resolver el problema».
«¿Qué vas a hacer, criminalizar a las personas sin hogar?», preguntó un residente mientras lo sacaban de un campamento en San José, California. «Si pueden trabajar juntos para encerrar a todo el mundo, ¿por qué no pueden hacerlo para conseguirles una vivienda? En todo el país, la forma en que tratan los campamentos y a las personas sin hogar es la misma. Piensa en lo que están haciendo en Gaza. ¿Cuál es la diferencia? … Aunque les den algo durante un año, o seis meses, ¿qué han hecho para cambiar esa situación, a la que van a volver? … He visto muchas cosas locas aquí y he visto muchas cosas bonitas, a gente ayudando, a gente haciendo más de lo esperado por ayudar. Así que yo sé que podemos resolver el problema».
LA HUMANIDAD COMÚN y LAS AMENAZAS COMPARTIDAS
Es hora de pasar a la ofensiva uniendo a la gente sin vivienda con los inquilinos y el movimiento por la vivienda en general. A medida que los 45 millones de hogares de inquilinos del país se organizan para resistir su desplazamiento, irán comprendiendo que las personas sin hogar son aliados, no enemigas. Pueden crecer para influir en las organizaciones vecinales y comunitarias y frustrar los planes fascistas de aislar y encarcelar a la gente sin techo.
Es revolucionario elevar nuestra humanidad y moralidad compartidas. Un sacerdote de Washington, D. C. levantó un cartel que decía: «¿De qué nos sirve ganar el mundo entero si perdemos nuestra alma?». Los trabajadores se unen cuando comienzan a comprender que el odio y la división no sólo son equívocos y destructivos, sino también innecesarios. Estados Unidos es el país más rico del mundo y tiene más que suficiente riqueza para la vivienda de su población, si tan solo pudiera liberarse del yugo del sistema del super millonario.
Publicado el Septiembre 17 de 2025
Este artículo se originó en ¡Agrupémonos!
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