Independientemente de dónde se encuentre la gente con respecto a su ideología política, están viendo que hay algo mal con la forma en que las cosas están funcionando en este momento. Ellos ven que la calidad de sus vidas está bajo ataque. Ven que no importa lo extenso de sus sacrificios, no pueden satisfacer las demandas básicas de supervivencia, que la desigualdad está creciendo y que la sociedad se está volviendo más dividida y violenta. Hay poca o ninguna ilusión de que los miembros de cualquiera de los principales partidos políticos abogan por ellos. Las reformas presentadas por los partidos Republicano y Demócrata, en deuda con los intereses corporativos, no pueden abordar estas crisis inminentes en sus vidas. Ven claramente los síntomas del colapso social, pero desconocen las causas subyacentes y cómo se relacionan con ellos. Muchos ven que el sistema capitalista en sí mismo es insostenible.
Una interrupción en la economía, a través de la introducción de nuevas tecnologías en el lugar de trabajo – las computadoras, la robótica, equipos diseñados para producir más rápido y más eficientemente que la gente puede – constantemente arroja más personas fuera de la fuerza de trabajo. Los trabajadores humanos son más costosos de pagar y asegurar, lo que dificulta la rentabilidad de su empleador. Las personas privadas de la capacidad de ganar un salario no tienen nada que intercambiar por bienes en una economía impulsada por el dinero.
Este proceso está dando lugar a una nueva clase de trabajadores que la clase capitalista ya no puede emplear, y por consecuencia ya no necesita. Es una nueva sección de la clase trabajadora, una nueva cualidad dentro de la clase trabajadora. La mayoría son contingentes, con salarios mínimos, salarios inferiores al salario mínimo y trabajadores a tiempo parcial, más del 40% de la fuerza de trabajo. Este sector empleado de la clase está constantemente atraído hacia el creciente sector desempleado que abarca desde los trabajadores estructuralmente desempleados hasta los indigentes sin techo.
Estados Unidos tiene los medios para producir más que suficiente para satisfacer las necesidades de todos. Esto no es un sueño. Una sociedad en la que todo se distribuye según las necesidades es la sociedad más acorde con la nueva tecnología.
La clase dominante teme que la nueva clase se vuelva consciente de su situación común y actúe para cambiarla. Por mucho que se trata de mantener un sistema que mantiene las necesidades básicas de la vida inaccesibles para las personas que no pueden pagar por ellos, el antagonismo creado por la introducción de la tecnología que reemplaza la mano de obra hace que sus esfuerzos sean insostenibles. Cuanto más se dan cuenta los trabajadores de que sus destinos están vinculados por un sistema que los mantiene separados socialmente y luchando entre sí, es cuando pueden comenzar a ver sus intereses comunes como una clase. Comprenden que, como individuos, tienen poco poder para realizar los cambios que desean ver.
Muchos ya han llegado a la conclusión de que solo hay una dirección por la cual su situación puede pasar bajo el capitalismo. No mejorará. Están debatiendo grandes preguntas: ¿cuál es el camino que seguir? ¿Qué aspecto tiene una sociedad que puede satisfacer las necesidades de las personas y cómo llegamos allí?
La experiencia común de estas condiciones brinda la oportunidad de que se produzca un cambio en el pensamiento del pueblo. Para cambiar el pensamiento se necesita un marco a través del cual interpretar y dar sentido a los cambios que acontecen, y para ver qué los conecta a los demás en su situación con los que previamente no vieron conexión. En esto, hay un terreno fértil para introducir nuevas ideas.
¿Como podemos hacer la diferencia? La propaganda revolucionaria es clave para cambiar el pensamiento de las personas. La forma de lograr esto es de unirse a una organización de revolucionarios. Tal organización educa y propagandiza desde dentro del movimiento. Evalúan situaciones y presentan una visión de lo que es posible. Los revolucionarios siguen el movimiento objetivo de la sociedad y analizan el tiempo en que vivimos. Modifican sus tácticas para llevar a cabo sus estrategias y encontrar a las personas que buscan en todos los ámbitos que pueden. Se dan cuenta de que los lugares políticos familiares, como las manifestaciones, las convenciones y el proceso electoral, representan espacios en los que se pueden promover nuevas ideas.
Las rupturas sistémicas en la economía dan lugar a nuevos movimientos y proporcionan una oportunidad para que las personas den un salto en su comprensión del mundo en que viven. El movimiento ascendente para las necesidades básicas de la vida proporciona el espacio en el que trabaja un propagandista para avanzar en la comprensión de la clase. El propósito de una organización de propagandistas revolucionarios es proporcionar a las personas ideas para una nueva sociedad que solo puede lograrse mediante la eliminación del sistema de propiedad privada, convirtiéndola en propiedad pública de los medios para producir lo que necesitamos para vivir. Un sistema de distribución impulsado por las ganancias donde los medios de producción son de propiedad privada es incompatible con el bien social. Para que una sociedad prospere, los medios para satisfacer las necesidades básicas de todos a través de una sociedad cooperativa y comunista deben estar en el centro de una visión revolucionaria. El análisis de un propagandista revolucionario informa sus acciones, y con una visión de lo que puede ser una sociedad comunista cooperativa, pueden orientar su trabajo. Las nuevas ideas y la visión son parte integral de la lucha por el poder político para crear una sociedad que provea para todos. Las etapas en el proceso de lograr este poder político no se pueden omitir. El poder político para lograr la visión es el objetivo, pero esto no se puede hacer sin la comprensión consciente de la raíz del problema, una visión de lo que es posible y una estrategia para llegar allí.
mayo/junio 2018. vol.28. Ed3
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