Por el Comité Nacional de la Liga sobre Vivienda y Personas sin Hogar
Los especuladores ricos del sector inmobiliario en la costa oeste de los Estados Unidos, así como sus partidarios dentro de los gobiernos estatales y locales, están redoblando sus ataques contra las personas pobres y sin hogar en nuestras comunidades. Están solicitando a la Corte Suprema de Estados Unidos que revoque la decisión del Tribunal del Noveno Circuito sobre Martin contra Boise de 2019, porque les impide imponer castigos crueles e inusuales a personas que no tienen dónde dormir.
Para abordar el problema de estar sin vivienda es necesario comprender exactamente por qué es problemático y para quién. Para los agentes de bienes raíces y los inversionistas, que representan los intereses especiales tratando de revocar Martin contra Boise, el que haya gente sin hogar es un problema porque su visibilidad en la calle disminuye el valor de la propiedad e impide que todo siga igual. Para ellos, el problema no es el sistema de vivienda que sigue enriqueciéndolos todos los días. Y como no ven nada malo en el sistema, les queda creer que el problema es el mal comportamiento de las personas sin hogar. Su solución es castigar a los pobres.
LA VERDAD SOBRE LAS PERSONAS SIN HOGAR
Pero para la clase obrera, que es la inmensa mayoría de la sociedad, la falta de hogar es un problema porque trae consigo un estrés incalculable, miseria, la destrucción de su familia, el deterioro de su salud y una muerte prematura. Hasta los que se encuentran “a tan sólo un pago” del desastre, la amenaza de que ellos también podrían perder su hogar es una causa constante de ansiedad y temor. Desanima su participación en la democracia y su resistencia a los jefes oprimiéndolos. Hay estudios científicos objetivos que desmienten las opiniones interesadas de los ricos demostrando que la causa de que la gente pierda su hogar son los alquileres inasequibles—demasiado altos para las personas que trabajan por un salario bajo y más aún en el caso de familias con hijos, ancianos dependientes o miembros con discapacidad.
Una mujer viviendo en su automóvil en el sur de Alabama describió su situación: “Ni siquiera puedo obtener beneficios por discapacidad. Estoy sin casa en un estado que no tiene programas de ayuda ni Medicaid. Tengo una factura de $10,000 en un hospital. El programa Housing First me sacó de su lista para viviendas porque estuve 14 días seguidos en un hotel tratandando de recuperarme. El hospital trató de ayudarme a conseguir SSI , pero me dijeron que no podía obtenerlo porque tenía una página de GoFundMe. ¡Empecé esta página porque no tenía ningún ingreso y estaba demasiado enferma para trabajar! Mi esposo falleció inesperadamente en febrero. Traté de obtener sus beneficios de SSDI (Administración del Seguro Social) para una viuda, pero me los denegaron y no obtuve una apelación a tiempo. Empeñé mi título de auto y ahora podría perderlo. Aquí no hay albergues para gente sin techo ni la ayuda de organizaciones o iglesias. Tampoco hay bancos de alimentos cerca de mí. Gracias a Dios estoy recibiendo cupones para alimentos. Estoy bien sorprendida de que no pueda conseguir ninguna ayuda. A duras penas puedo caminar o conducir”.
Max, de San José, California, describió cómo es vivir sin hogar: “Los últimos 2 años viviendo en una furgoneta con mi esposo ha sido horrible. Estábamos en medio de la pandemia siendo inmunocomprometidos. Un automóvil negro marca Dodge Charger nos acechaba casi todas las noches. Es muy probable que fuera un policía durante su tiempo libre. Aparecía en donde nos estacionáramos en la ciudad, y teníamos que quedarnos en esa ciudad por cuestión de incapacidad médica. Día y noche la gente se asomaba por las ventanas de nuestro vehículo estando nosotros adentro y caminaban alrededor de la furgoneta de forma amenazante. Dos años viviendo así, obligados a estar listos para defendernos las 24 horas del día, 7 días a la semana, o mover la furgoneta porque pasa un policía a las 2 de la mañana, me ha interrumpido el sueño permanentemente y provocado un grave PTSD (trastorno de estrés postraumático). Durante los últimos 2 años, he estado sin vivienda estable y todavía sigo sin poder dormir toda la noche”.
MARTIN CONTRA BOISE
La estrategia de abordar el problema de la gente sin hogar con medidas de coerción es bipartidista (aunque todavía hay diferencias importantes entre los partidos que se deben tener en cuenta al momento de votar). Según Vice, los demandantes de Martin contra Boise son mayormente demócratas, pero también hay republicanos: el gobernador de California, Gavin Newsom, el municipio de Portland, la Liga de las Ciudades de Oregón, funcionarios republicanos en Arizona, fiscales de distrito en Sacramento y San Diego, el estado de Idaho, los municipios de San Francisco, Los Ángeles y Phoenix y el Instituto Goldwater.
Newsom, el aspirante a la candidatura presidencial del Partido Demócrata, defendió y fomentó el proyecto de ley CARE Court (tribunales de “asistencia, recuperación y empoderamiento comunitario“), que obliga a algunas personas sin hogar a someterse a tratamientos de salud mental, a pesar de que los problemas de salud mental en California se deben a la escasez de camas y centros de tratamiento voluntarios, no a su rechazo por parte de la gente sin casa. El principal candidato presidencial republicano ha hecho un llamado a crear campos de internamiento en las afueras de las grandes ciudades para la gente sin vivienda, similares a los campos de detención de inmigrantes que quiere hacer para los inmigrantes.
El fallo que se está apelando ante la Corte Suprema de los Estados Unidos es el de la Ciudad de Grants Pass, Oregón contra Johnson. Afirmó que no se podía promulgar una ordenanza prohibiéndole el uso de mantas y sacos de dormir a la gente durmiendo a la intemperie. Los demandantes no sólo quieren permiso para prohibir las mantas en el invierno, sino que también quieren anular toda la decisión Martin contra Boise para poder perseguir y castigar, libres de cualquier restricción, a personas sin hogar.
Newsom afirma que las redadas policiales en los campamentos en realidad ayudan a la gente viviendo allí, ya que las ponen en contacto con diversos servicios, pero la realidad es todo lo contrario. Cuando se dispersa a la gente, pierden contacto con los trabajadores sociales, los servicios médicos y los proveedores de atención de salud mental. Y cuando se arrestan sólo por usar una manta, les es aún más difícil conseguir un trabajo o una vivienda.
LA UNIDAD, LA VERDAD Y UNA VISIÓN
La verdadera razón por la cual tanto los demócratas como los republicanos quieren eliminar los campamentos es para apaciguar a sus partidarios del sector inmobiliario y financiero, que creen que así podrán quedarse con los miles de millones en ganancias a que están acostumbrados. El resto de nosotros debemos preguntarnos: ¿Es esta la sociedad en que queremos vivir, en que se castigan a los pobres y a los trabajadores para beneficiar a unos pocos ricos?
Las personas sin hogar responden con un rotundo “NO”. Javier Franco, conocido como Harvey, un residente sin techo del Barrio Chino de Los Ángeles, dice al respecto: “De verdad que sospechaba que iban a volver a hablar de Martin contra Boise. A los políticos no les gustó que el Tribunal del Noveno Circuito fallara en su contra, ya que sus intenciones son cambiar las leyes para así criminalizar a la gente sólo por no tener hogar… Nunca me imaginé que la gente por la que voté para un cargo público les hicieran esto a personas que necesitan ayuda, ¡pero parece que estaba bien equivocado! Así que espero que los abogados que defendien a las personas sin hogar vuelvan a ganar y les callen la boca a esos desgraciados”.
“Lo que realmente debemos hacer es ponernos en contacto con todas las personas sin techo aquí en California y presionar al gobierno todo lo posible. Obligarlos a darnos la vivienda que necesitamos si quieren recuperar sus calles. … Parece que al gobierno no le importa un carajo la gente que con dificultad hacen frente al alquiler y demás cuentas, ¡es como que sólo buscan dinero y nada más!”
Una persona de Florida también se expresó: “¿Y si se unieran todas las personas desamparadas, sin hogar, viviendo en camionetas, automóviles y furgonetas? ¿Si escribiéramos y publicáramos nuestros propios artículos y empezáramos un podcast? ¿Si hiciéramos públicas nuestras quejas y denunciáramos el sistema y todas esas organizaciones sin fines de lucro que son corruptas? Que la gente sin hogar lleve cámaras corporales y exponga las horribles condiciones de los albergues. Que revelen el trauma que enfrentamos sólo por existir. Que los defensores del campo de la salud y el de la salud mental hablen de cómo la inseguridad en la vivienda provoca muertes prematuras. La clase económica gobernante controla la narrativa al financiar y promover la propaganda que deshumaniza a la gente sin hogar, como lo hace Jesse Watters en el canal de Fox”.
Estos líderes tienen razón. Lo que hace falta es la unidad: la unidad de la gente que perdió su hogar con los millones que corren el mismo peligro y los millones más de personas de consciencia. Esto quiere decir resistir los ataques divisorios por parte de intereses especiales contra la gente entre nosotros de color, inmigrantes, mujeres, jóvenes o miembros de la comunidad LGBTQ. La propagación constante de la miseria entre los inmigrantes y las personas de color, pasando ahora a la clase trabajadora en general, hace la unidad más posible hoy que nunca.
No hay ninguna razón, fuera de nuestra propia falta de visión, por la cual no podamos tratar la vivienda como el derecho humano que siempre tuvo que ser, en vez del instrumento de inversión y lucro en que se ha convertido. No hay ninguna razón por la cual no podamos trabajar por la desmercantilización de la vivienda, sacándola del mercado especulativo y manteniéndola permanentemente asequible para la gente que la quiere para mantenerse caliente durante el frío del invierno y refrescarse en el verano. Esto significaría un enorme paso hacia una nueva y próspera sociedad en que se valore la vida, la salud y la felicidad humana por encima de la miseria y la muerte.
Publicado el 22 de enero de 2024
Este artículo se originó en Rally!
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