La frontera de Texas con México ha vuelto a ser una clave estratégica, ahora en la lucha de los trabajadores desposeídos en ambos lados de la frontera. En 2019, más del sesenta por ciento de todos los detenidos cruzando al lado de EE.UU. pasaron por los sectores de El Paso y el Valle del Río Grande. Ese año, agarraron menos migrantes que el año anterior, pero la cifra en el sector de El Paso aumentó por 477%, la más alta de los nueve sectores de la Patrulla Fronteriza. Las detenciones aumentaron de 31,561 a 182,143. En esta región, el número de miembros familiares, incluyendo los niños, creció de menos de 300 en octubre de 2017 a 30,000 en mayo de 2019.
“Vivimos en una región altamente militarizada en que los derechos constitucionales son inexistentes desde que (el Presidente) Trump dio luz verde a que se actuase en contra de todos los inmigrantes”, le dijo Carlos Marentes en febrero a WWLP-TV22. Marentes es director del Centro de los Trabajadores Agrícolas Fronterizos de El Paso y cree que la creciente ofensiva del gobierno contra toda la clase obrera exige un nuevo entendimiento revolucionario del papel de los inmigrantes. “La mayoría de las organizaciones en la sociedad tienen una visión compasiva de los migrantes—de proveerles ropa, agua y ayuda. Es muy importante aliviar el sufrimiento, pero esa visión reduce a los inmigrantes a ‘los pobres’ y tales acciones limitadas a una ‘ayuda a las víctimas’. Ver la migración como un acto de resistencia significa ver el papel protagónico de los migrantes. Nosotros vemos la inmigración como un acto de resistencia anti-capitalista, una resistencia respondiendo al destino que el sistema quiere imponerles. Entonces, tenemos que reconocer su papel protagonista y promoverlo.”
“El sistema capitalista está en crisis, como un muro que cada vez tiene más fisuras. La ‘fisura’ más visible está en el sistema de inmigración. Los migrantes han quedado fuera de la lógica del capitalismo. No tienen más lugar que el de migrar o morir. Al migrar, abandonan su familia, su tierra, su pueblo. También están desafiando el sistema que los ha abandonado porque no producen ganancias”. Marentes añade que hoy la frontera está altamente militarizada porque el gobierno busca no sólo “frenarlos sino también contenerlos. A pesar de eso, la gente sigue viniendo—es un acto de resistencia masiva”.
La creciente opresión de esos migrantes ahora también perjudica a los ciudadanos norteamericanos. El 25 de febrero, la Patrulla Fronteriza anunció que tenía el poder de parar y verificar la identificación de cualquier persona viajando en autobuses comerciales. Unos pocos días después, la empresa de autobuses más grande del país, Greyhound, dijo que no seguiría permitiendo que los agentes de la Patrulla Fronteriza abordaran sus autobuses sin orden judicial para verificar el estado legal de cualquier persona viajando en ellos. La agencia respondió con esta declaración: “El hecho de Greyhound no permitirles a los agentes abordar e inspeccionar los autobuses sin orden judicial no afecta nuestros puntos de control del tránsito. TODOS los transportes y pasajeros están sujetos a ser detenidos e inspeccionados en los puntos de control”. “No vivimos con la ilusión de que tenemos el derecho de viajar libremente, de no ser detenidos e interrogados”, dice Marentes, añadiendo que, como pocos trabajadores indocumentados viajan en autobuses (por evitar los puntos de control) esta política en realidad afecta a los ciudadanos norteamericanos hasta más todavía.
El gobierno admite que más de 600,000 ciudadanos de EE.UU. actualmente están viviendo en México porque sus familias huyeron de los efectos de la Recesión y la persecución de personas indocumentadas bajo las administraciones de ambos, Obama y Trump. El gobierno de EE.UU. no ha querido ayudarles a probar su ciudadanía norteamericana, así restringiendo su acceso a algunos servicios de salud y educación en México.
Una investigación de NBC 5 en Fort Worth y Telemundo 39 en Texas llama a esta juventud “Los Invisibles” porque ninguno de los dos gobiernos ni ven ni satisfacen sus necesidades. Los corresponsales hallaron niños como Giovanni Aguilera, de once años de edad, que por muchos meses no podía recibir tratamiento para salvar su capacidad auditiva. En un solo año, los casos pendientes de niños en Texas solicitando prueba de su ciudadanía aumentó de 26,000 a 66,000.
Mientras la globalización de la alta tecnología destruye la vieja economía, se desplazan a masas de trabajadores hacia la nueva clase y una igualdad de pobreza antes desconocida. La clase gobernante refuerza desesperadamente el empleo de ideas y políticas fascistas, en un intento de controlar esas masas. Pero el crecimiento de su igualdad económica y los despiadados ataques del gobierno están debilitando todas las viejas ideologías que buscan dividirlas en base a su color u orígenes nacionales.
La lucha en la frontera de Texas muestra que los miembros inmigrantes de la nueva clase están desempeñando un papel de vanguardia en la resistencia al sistema. Sus hermanas y hermanos de clase tienen un rol similar en las luchas por la vivienda, los servicios de salud y otras necesidades básicas. El próximo paso será la consciente unidad revolucionaria de esta nueva clase de obreros, basándose en el reconocimiento de los intereses que comparten. AC
mayo/junio 2020. vol.30. Ed3
Este artículo originó en Rally, camaradas!
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