(Nota desde los editores: el uso de “Latino, Latina/o, Hispano, Latinx, Latine” refleja el proposito de incluir lectores con diferentes opiniones acerca de su identidad)
Concluyeron las elecciones para el Congreso de mitad del mandato de 2022 y no se dió el esperado tsunami de una triunfante “Ola Roja” republicana, pero la lucha aún continua. Hay valiosas lecciones que aprender y aplicar en el campo electoral y la riña en las calles, tal como visto en las protestas masivas ocasionadas por el asesinato de George Floyd a manos de policias. Además, las elecciones sucedieron en medio de demostraciones masivas contra el fallo de la Corte Supreme en el caso de Roe v. Wade, dirigidas por mujeres luchando en las calles y en las urnas electorales. Todo esto afirmó el legado de las Megamarchas Latinoa/o’s por la reforma de la política migratoria, las protestas en contra del encarcelamiento en jaulas a niños en la frontera, la repugnancia por la separación de familias y las muertes en el desierto de gente que sólo buscan asilo.
La fundamental lección del 2022 es que las corporaciones y los poderes financieros libran una guerra, abierta y encubierta, por el control de la economía y la maquinaria política del país. Para lograrlo, están restringiendo los derechos democráticos del pueblo norteamericano y ganándose las mentes de una masa crítica del pueblo norteamericano. Aun antes de que Biden fuera instalado como Presidente legítimo del país, se propagaron por todas partes los intentos de controlar gobiernos estatales y suprimir el voto, evocando la época de Jim Crow de segregación racial en el Sur norteamericano.
Acontecimiento importante de tomar en cuenta es el cambio en la composición del electorado hispano en Texas y Florida debido al ingreso de mexicanos adinerados y empresarios huyendo de las fuertes medidas del presidente de México, López Obrador, contra la evasión fiscal por no pagar impuestos. Llegan con suficientes fondos para eludir obstáculos que los inmigrantes menos afortunados no pueden afrontar, evocando comparaciónes a los cubanos ricos huyendo de la revolución cubana a fines de los cincuenta, que en su mayoría votan por los republicanos.
Los republicanos retan a los “Demócratas de Abuelita”
Debemos ver el papel de los Latines en el proceso electoral dentro de este contexto. Históricamente, su participación en las elecciones es mucho menor que su porción de la población, en parte debido a su condición de inmigrantes, el sentirse abandonados y la desconfianza. Aun así, representan uno de cada ocho votantes en este país y uno de los grupos electorales de mayor crecimiento. Cuando votan, tradicionalmente ha sido a favor de los demócratas, pero esto ya no se puede dar por sentado.
Debido en parte al apoyo entre los Latinos por Trump en las elecciones Presidenciales del 2020, mayor de lo esperado (especialmente del voto latino masculino en South Texas), se invirtieron grandes cantidades de dinero y recursos en las campañas de mitad del mandato del 2022. Un ejemplo fue la “Triple Amenaza” de tres mujeres latinas en South Texas que se postularon para el Congreso como Republicanas, volviéndose contra el apoyo tradicional al Partido Demócrata en esa región tan hispana. Cuando los estrategas Republicanos empezaron a promover la Triple Amenaza, la veían como su respuesta al “Pelotón” en el Congreso de Demócratas como Alexandria Ocasio-Cortez.
La clase dirigente está fomentando una mentalidad de “nosotros contra ellos”, promoviendo el conflicto y la división entre los Latinos, aprovechándose del incumplimiento de las promesas del Partido Demócrata y su tendencia de tomar por descontado el voto Latina/o. También cuenta con cierto conservadurismo y religiosidad de familias latinas, su deseo de lograr “el Sueño Americano”, y las diferencias generacionales entre latinos establecidos y los recién llegados. Bajo la bandera de “la familia, Dios y el país”, Mónica de la Cruz encabezó una ruptura con el Partido Demócrata de South Texas, declarando que el Partido Republicano no es el de su abuelita, o sea, que los latinos no iban a seguir votando automáticamente por los Demócratas.
Aun así, de las tres candidatas republicanas en South Texas (todas respaldados por Trump), sólo Mónica de la Cruz obtuvo un escaño en el Congreso, por el Distrito 15º en McAllen, como la primera Republicana (por no decir la primera mujer latina) a ocupar el puesto. Mayra Flores, que brevemente representó el Distrito 34º del Congreso, y Cassy Flores, quien fue asistente de Ted Cruz, perdieron a pesar de mucha fanfarria.
Para una mayoría de los norteamericanos, sus preocupaciones económicas son factor importante al momento de actuar. Al igual que en 2016, los trabajadores del Rust Belt (región industrial situada en el medio-oeste) se opusieron a su liderato sindical, votando en contra de Hillary Clinton cuando Trump prometió obligar a la industria a reintroducir empleos a EE.UU. En 2020 muchos hispanos de South Texas favorecieron a Trump porque veían su llamamiento a favor de la explotación petrolera, la Patrulla Fronteriza y el orden público como un llamado por el empleo estable.
Las necesidades de los latinos coinciden con las necesidades de la clase trabajadora
El cortejo del voto Latinx para que abandone el Partido Demócrata forma parte de la estrategia de la clase gobernante estadounidense de “dividir para vencer”, siguiendo su meta de rehacer la sociedad y la economía en beneficio a sus intereses. Es sólo una de muchas herramientas a su alcance, incluyendo leyes estatales para reprimir el voto, manipulación de los límites del distrito electoral,una propuesta de enmienda constitucional, el control de la Corte Suprema y la revocación de Roe v. Wade. Hasta hemos visto el intento de una turba enfurecida el 6 de enero del 2021. Sus participantes incluian supremacistas blancos y neonazis y un puñado de afroamericanos, Latinx e indígena norteamericanos, con intenciones de tomar posesión del Capitolio de la nación—todos convencidos por la gran mentira del fraude electoral en 2020.
Las luchas del pueblo Latine por satisfacer sus necesidades básicas, la dignidad humana y los derechos en la frontera y en el interior del país coinciden con las necesidades del resto de la clase trabajadora. La masacre de la escuela de Uvalde, Texas, puso en la agenda nacional la seguridad de los niños y el control de armas y avergonzó al llamado orden público. Los Latines están participando en el proceso político para mejorar sus comunidades y escuelas, ya sea postulándose como candidatos a puestos políticos y ganando, como en Utah, apoyando a otros candidatos progresistas o abogando por escuelas y comunidades seguras y otras necesidades básicas, aun cuando no califican para votar. Y el hecho de que más del 40% de las mujeres latinas viven en estados afectados por las restricciones contra el aborto tuvo mucho que ver con su papel en impedir que “la ola roja” asumiera control del Congreso en las últimas elecciones.
Mientras se retan a líderes Demócratas, hay mucho que aún no se ha revelado sobre el fallo de los funcionarios electos Republicanos. Por ejemplo el Senador estatal Ted Cruz y el Gobernador Abbot, ambos oficiales Republicanos electos de Texas, fallaron en su respuesta al corte en pleno invierno de la red eléctrica en Texas durante el peor momento de la pandemia del Covid, ocasionando muchas muertes innecesarias. Esto perjudicó a todos, pero más a los trabajadores pobres. Los Demócratas no responsabilizaron a los culpables por este ultraje a la humanidad.
Por necesidad, el pueblo Latina/o está forjando cada vez más relaciones con otra gente padeciendo la misma dura situación. Ya sea presionando al partido Demócrata desde dentro, postulándose para un puesto electoral o apoyando a candidatos progresistas, muchos están llegando a la conclusión de que tarde o temprano necesitarán su propio partido político—no el Demócrata de la abuelita, ni el Republicano de Jim Crow.