Los Estados Unidos de América, y de hecho el mundo entero, está atravezando por un período trascendental de revolución económica. La transformación desde una industria electromecánica —que requiere de mano de obra humana para la gestión de los gigantescos medios de producción industrial— a una producción controlada digitalmente —que necesita muy poca o ninguna mano de obra humana— es el elemento decisivo de nuestro tiempo.
Los medios de producción electrónica cualitativamente más eficientes disminuyen en gran medida el costo de producción de las necesidades básicas de la vida. Ello permite que exista un paraíso económico de abundancia para todos. No obstante, bajo el capitalismo, esto conduce a la reducción del precio de la mano de obra y ciñe aún más a los obreros en una cadena de pobreza, de explotación y de agobiante trabajo.
La máquina a vapor creó la clase obrera industrial que reemplazó a la existente clase manufacturera. Una nueva clase de obreros se está formando por consecuencia de la producción electrónica. Está nueva clase es constituida por sectores empleados y desempleados. Los trabajadores de medio tiempo, para casos de contingencias y empleados por debajo del sueldo mínimo del sector empleado— ya representan más de la tercera parte de la fuerza laboral. El sector empleado de la clase se ve constantemente arrastrado hacia el sector desempleado, el cual incluye desde los desempleados en términos estructurales hasta los trabajadores absolutamente indigentes y sin techo.
La nueva clase no puede resolver sus problemas económicos sin la posesión pública de los medios de producción socialmente necesarios y la distribución del producto social según las necesidades. Por primera vez, se está formando una clase económica comunista objetiva para transformarse en la base de un movimiento político comunista.
La globaización crea esta nueva clase en todas partes. La unidad global representa la condición de su emancipación nacional. La Liga de Revolucionarios por una Nueva América (LRNA, por sus siglas en inglés) extiende una mano de camaradería a todo el mundo.
La producción electrónica sin salarios es antagónica al capitalismo, el cual se basa en la compra y venta del poder de la mano de obra. Este antagonismo está polarizando económica, social y políticamente a la sociedad, lo que hace que ya sea inevitable una revolución social y política. Una nueva forma fascista de Estado, el dominio manifiesto del poder empresarial, está surgiendo para oponerse a este movimiento. La sociedad debe apoderarse de estas empresas, o las mismas se seguirán apoderándose de la sociedad.
Decenas de miles de personas socialmente concientes se autoproclaman como revolucionarios en oposición a las condiciones sociales y económicas en deterioro. La misión de la Liga es unir a estos revolucionarios dispersos, con base en las demandas de la nueva clase, para capacitarlos y convencerlos a que contribuyan a una solución colaborativa y comunista del problema.
Las demandas de esta nueva clase empobrecida para obtener alimentos, vivienda, educación, atención médica y la oportunidad de contribuir a la sociedad se pueden resumir como la demanda de contar con una sociedad cooperativa. La misma debe basarse en la posesión pública de los medios de producción socialmente necesarios y en la distribución de su producto social, de acuerdo a las necesidades de cada uno.
La nueva clase debe tener el poder político necesario para lograr estas metas. Con el fin de alcanzar este poder, la Liga apoya a todas las organizaciones políticas y los sectores de la sociedad que luchan contra la creciente pobreza, la destrucción social y ecológica, el fascismo y la guerra.
A pesar del deterioro de las condiciones económicas, nada se podrá lograr hasta que el pueblo estadounidense tenga una visión sobre hacia dónde desean ir y quiénes quieren ser. La creación y la difusión de esta visión es la tarea principal de los revolucionarios y la base de nuestra organización.
La destrucción del medio ambiente, la creciente amenaza de una guerra nuclear y las inminentes pandemias están poniendo en duda hasta la misma existencia de la raza humana. La batalla es una lucha de clase. La guerra es por la existencia de la humanidad. En la Liga enfrentamos el futuro con confianza. Hacemos un llamado a todos los revolucionarios a que abandonen las diferencias sectarias y a que se unan en torno a las demandas prácticas de la nueva clase y garanticen el futuro de la humanidad, el cual se encuentra en peligro.
septiembre/octubre.2014.Vol24.Ed5
This article originated in Rally, Comrades!
P.O. Box 477113 Chicago, IL 60647 rally@lrna.org
Free to reproduce unless otherwise marked.
Please include this message with any reproduction.