
De los Editores: ¡Rally-Agrupemonos! tiene como objetivo el ayudar a “profundizar” la conciencia política acerca de los temas del momento, exponiendo algunas de las causas económicas fundamentales abajo de la agitación política actual. Al comprender las causas económicas fundamentales, podemos organizarnos y unirnos de manera más efectiva. Especialmente ya que la clase trabajadora, y de hecho la sociedad en su conjunto, está siendo impactada por estos cambios económicos profundos e implacables.
Este artículo trata sobre cómo el capitalismo como sistema ha ido cambiando –“revolucionándose”– desde las décadas de 1960 y 1970 debido a la “revolución” tecnológica que nos trajo la automatización, la robótica y ahora la IA. Fue adaptado de un artículo publicado originalmente en 2018.
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La característica definitoria del capitalismo es que, en primer lugar, los propietarios del capital explotan el trabajo humano para producir mercancías, manteniendo la mano de obra barata y pagando los salarios más bajos posibles. Entonces, los trabajadores deben comprar estas mercancías con sus salarios para poder vivir.
Las tecnologías que reemplazan la mano de obra, a medida que se desarrollan, destruyen por completo esta relación. Ni los robots ni los trabajadores en paro permanente hacen compras. A través del actual proceso de cambio tecnológico, que ha continuado durante décadas, la sociedad se está polarizando en dos grandes campos: un lado posee la vasta riqueza de la sociedad y la abundancia que se produce, y el otro vive permanentemente en la pobreza y la miseria abyectas, sin trabajo adecuado ni medios de supervivencia. A medida que esta polarización se vuelve más extrema, es decir, antagónica, nuestra sociedad se aleja de la reforma del sistema existente y avanza hacia la revolución.
En otras palabras, el conflicto en la economía –y entre las clases– se intensifica como un proceso natural e inevitable. Paso a paso llega al punto en que no puede ni será “resuelto” o solucionado mediante reformas parciales. De hecho, a medida que la clase capitalista avanza hacia el fascismo, podemos ver este proceso en funcionamiento: la clase capitalista hoy está eliminando programas que ayudan a los trabajadores que han perdido empleos e ingresos, como los cupones de alimentos (SNAP) y Medicaid, en el momento mismo en que más se necesitan. El reciente proyecto de ley llamado Gran [Feo] Presupuesto es un ejemplo de hasta dónde llegará la clase capitalista al atacar las necesidades básicas de la clase trabajadora y su demanda de justicia, haciendo retroceder las reformas ganadas en los años 1960 y 1970.
Era sólo cuestión de tiempo antes de que este antagonismo económico encontrara expresión política. Un ejemplo de esto lo evidencia el efecto polarizador de las dos presidencias de Trump. El tamaño, el alcance y la sostenibilidad de las manifestaciones contra las políticas de la administración Trump han hecho que muchos en el movimiento comparen este período con los levantamientos por los derechos civiles y contra la guerra de la década de 1960. Las demandas del movimiento hoy giran en torno a muchos de los mismos temas que en aquel entonces: atención médica, educación, vivienda, empleo, racismo, brutalidad policial, derechos de las mujeres y la guerra son sólo algunos de esos temas.
En el período pasado estas demandas pudieron satisfacerse parcialmente y lograrse algunas reformas en interés de los trabajadores porque el sistema capitalista aún estaba en expansión. Por ejemplo, cuando la cosecha mecánica de algodón en el Sur llegó a reemplazar a los campesinos, provocó una migración masiva desde el Sur rural hacia las industrias en expansión en el Norte y, finalmente, también al Sur. Mientras, la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos condujo a importantes reformas. Este ejemplo muestra cómo las demandas por mayores oportunidades económicas, igualdad y justicia podrían lograr reformas de derechos civiles sin alterar el sistema capitalista en su conjunto.
En la década de 1960 todavía había mucho espacio para desarrollos tecnológicos que fueran compatibles con el sistema capitalista: “compatible”, como se usa aquí, significa que el cambio tecnológico en esta época anterior eliminó algunos empleos pero dió lugar a otros, y la gente siguió trabajando y sobreviviendo dentro del sistema.
Desde la década de 1970, la tecnología electrónica que reemplaza la mano de obra –en otras palabras, la automatización– ha crecido rápidamente y no es compatible con el capitalismo. La sociedad está cada vez más polarizada económica y políticamente. El surgimiento de un movimiento por las necesidades básicas de la vida y la justicia social es prueba de ello. Si bien muchos participantes en el movimiento se perciben a sí mismos como resistiendo a Trump, en realidad se están rebelando contra el capitalismo y sus relaciones de propiedad privada que amenazan su propia supervivencia. Los cambios históricos en el proceso de producción y en la economía han provocado lo que estamos pasando ahora.
Sabemos por nuestro estudio de la historia que los órdenes sociales no desaparecen hasta que ya no hay espacio para que su sistema económico se expanda. Hoy el sistema económico capitalista ha penetrado todos los rincones del mundo. No tiene dónde expandirse. Una producción y una necesidad sin precedentes describen nuestro tiempo. Millones de trabajadores en Estados Unidos –y, de hecho, en todo el mundo– luchan por sobrevivir y exigen las necesidades básicas de la vida. Hoy en día, cualquier esfuerzo de reforma para lograr atención médica universal y gratuita para todos, educación universal y equitativa para todos, o el fin de la falta de vivienda, desafía la propiedad privada de la clase capitalista.
En una época en la que la expansión ya no es posible, la clase capitalista no cederá ni compartirá la riqueza social que reclama como propia: agresiva, cruel, asesina (y decidida a socavar todos los medios de participación democrática), la clase capitalista en su conjunto está sacrificando el valor de la vida humana y planetaria en el altar del aumento de las ganancias. El régimen de Trump es sólo el ejemplo brutal más reciente de esto.
Las luchas contra el régimen actual pueden parecer esfuerzos por reformar el sistema. Sin embargo, como las reformas ya no son posibles, se están convirtiendo en luchas para transformar nuestra sociedad de una basada en un sistema de propiedad privada a un nuevo sistema cooperativo donde la sociedad posee los medios de producción, y el producto social se distribuye según las necesidades. La automatización (y ahora la IA) está produciendo tal abundancia que hace que la distribución según las necesidades sea práctica y necesaria. Éste es el significado de la revolución hoy.
Publicado el 6 de agosto de 2025
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