El único papel de los revolucionarios es la propaganda —el aumento de la conciencia política de la clase obrera. Los revolucionarios dan forma a la propaganda al aplicar una comprensión científica a la situación existente, por un lado, y un conocimiento exhaustivo del razonamiento de la gente, por otro. Para producir una propaganda eficaz y desarrollar las tácticas apropiadas, los revolucionarios deben dar respuesta a las preguntas siguientes: ¿Cuál es la situación? ¿Cuáles son los obstáculos intelectuales que, una vez que se superen, ayudarán a los trabajadores a avanzar hacia la siguiente etapa de la conciencia? Y finalmente ¿qué vamos a hacer? Estas preguntas sólo pueden responderse a través de una organización de revolucionarios que esté conectada de forma orgánica con el movimiento espontáneo.
“Destellos de conciencia”
En el transcurso de la lucha política, surge un hecho que cristaliza el razonamiento de la gente. Este acontecimiento se transforma en un faro de luz que ilumina el camino que otros siguen. En esos momentos, los revolucionarios deben reevaluar el razonamiento de la gente, a fin de velar por que tanto la propaganda como las tácticas estén de conformidad con la parte revolucionaria del movimiento espontáneo.
El proceso de desarrollo de la conciencia política se desencadena y se impulsa mediante lo que V. Lenin denominó “destellos de conciencia” en su obra “¿Qué hacer?”. Estos destellos de conciencia o de percepción son acontecimientos que estremecen la forma en que piensan los obreros, lo cual da origen a que respondan y abran sus mentes a nuevas ideas.
La propaganda revolucionaria desempeña un papel fundamental en esta coyuntura política. La misma añade la claridad necesaria para solidificar estos “destellos de conciencia” para transformarlos en puntos nodales permanentes en el desarrollo del razonamiento de la gente. A medida que la clase comienza a moverse, los revolucionarios también deben moverse con ésta. Ellos deben utilizar los “destellos de conciencia” entre los verdaderos luchadores y dirigentes del movimiento. Al exponer los motivos por los que la gente está realmente luchando y al presentar la visión de un nuevo mundo y cómo materializarla, la propaganda revolucionaria puede garantizar de forma permanente la comprensión de la verdadera importancia de un acontecimiento. De esta forma, la propaganda revolucionaria fomenta la conciencia política de los obreros para la siguiente etapa cuantitativa de desarrollo.
Los “destellos de conciencia” y el pueblo estadounidense
En términos generales, actualmente el nivel de conciencia política es la etapa de la sensibilización social. En esta etapa, los obreros se agrupan, pero no como clase en contra de otra clase enemiga, sino más bien como masas en contra de los “agentes policiales racistas”, “las corporaciones”, “el gobierno”, etc. Aún así, no se debe subestimar la importancia de esto. Los obreros han empezado a reconocer más claramente el perfil del enemigo —el gobierno, sus cuerpos policiales, sus leyes e instituciones.
Un vistazo general de los acontecimientos relevantes —los destellos de conciencia— durante los últimos años nos permite ver un indicio sobre las etapas cuantitativas del desarrollo de la sensibilización social en el pueblo estadounidense.
El Huracán Katrina, 2005: Mientras la gente pedía ayuda a gritos desde los techos, el mundo presenciaba la inhumanidad del gobierno, el cual estaba más preocupado por los intereses de las corporaciones que por salvar y garantizar vidas humanas. Las cifras oficiales han calculado un total de 1,833 personas fallecidas. A la luz de la indiferencia gubernamental por la vida humana, los revolucionarios pudieron mostrar quién es realmente el enemigo —la clase capitalista y su sistema económico, en el que las ganancias y la propiedad privada son más preciadas que la propia vida.
Las inmensas manifestaciones por los derechos humanos, 2006: Con estas manifestaciones, el movimiento espontáneo dio un histórico giro, pasando de una postura defensiva a una ofensiva en torno al tema migratorio. Alrededor de cuatro millones de personas, en su mayoría ciudadanos estadounidenses, ampararon a los obreros indocumentados mientras éstos tomaban las calles y decían hasta aquí bajo la consigna de “¡Aquí estamos, no nos vamos y si nos deportan nos regresamos!”. Este inspirador contraataque proveniente de uno de los segmentos más vulnerables de la sociedad ofreció a los revolucionarios la oportunidad de mostrar que los trabajadores inmigrantes forman parte integral de la clase obrera estadounidense.
El Cinturón del Óxido, 2010-2013: La respuesta de millones de obreros ante la crisis económica que se originó en el 2008 comenzó a desarrollarse en las ciudades de este país después de las elecciones del 2010. Los resultados de estas elecciones abrieron la puerta para incrementar los ataques contra la clase obrera a través de políticas que fomentaron aún más el traslado de la riqueza hacia las corporaciones y los ricos. La lucha en contra de los ataques pasó de la ocupación de varios edificios de legislatura estatal hasta el desarrollo de diversas campañas de firmas para derogaciones o revocatorias, y elecciones para destituir a funcionarios electos o para anular leyes vigentes. El “destello de conciencia” de los obreros del Cinturón de Óxido fue el reconocimiento de la traición que sufrieron por parte del Partido Demócrata, lo cual se ha traducido en un creciente interés hacia alternativas de terceros partidos. Los trabajadores del Cinturón del Óxido todavía se están tambaleando por la devastación económica que sufrió la región, al igual que las bancarrotas y la imposición antidemocrática de los denominados gestores de emergencias financieras.
El movimiento Ocupar Wall Street (OWS), 2011: El movimiento OWS es tanto una expresión de una etapa de la lucha y la conciencia, como un catalizador que impulsó esa conciencia. La acuñación de la frase “el 99% vs. el 1%” pasó a formar parte del discurso popular. Si bien la mayoría de sus partidarios se oponen a las corporaciones, los mismos no necesariamente son contrarios al sistema capitalista. El movimiento OWS tiene dentro de sí una fibra anticapitalista distinguible. En ese sentido, esa fibra anticapitalista es un “destello de conciencia” que ha ayudado a preparar el camino para el desarrollo de las futuras etapas de la conciencia.
El “Lunes Moral” y Trayvon Martin, 2012-2013: Impactadas por el veredicto en el caso de Zimmerman, muchas personas se lanzaron de forma espontánea a participar en manifestaciones, congregaciones y vigilias en contra de esta flagrante injusticia. Este fue otro paso en la pérdida de la fe en torno al sistema jurídico. La situación dio origen a una oportunidad para que los revolucionarios mostraran el sentido que tienen los continuos ataques de la clase gobernante en contra de nuestra clase —que esos ataques no son en contra de los negros por el simple hecho de ser negros, o contra los latinos, los blancos o los asiáticos, sino que se trata de un ataque en función de la clase y como tal es un ataque de una clase contra otra.
Las protestas del movimiento denominado Moral Monday (o Lunes Moral) en Carolina del Norte durante el verano también nos han mostrado que la conciencia ha pasado a una nueva etapa cuantitativa de la sensibilización social. Lunes Moral no batalló en frentes dispersos, sino que se enfrentó de forma directa al Estado y los integrantes de tal movimiento no sólo contraatacaron. Moral Monday también se opuso al programa del sur, mediante el cual el Estado busca imponerse. El movimiento se pronunció en defensa de los estratos más bajos de la sociedad.
Si bien la calidad todavía es la sensibilización social, la respuesta espontánea ante el asesinato de Trayvon Martin y el veredicto en el caso de Zimmerman, al igual que frente al movimiento Moral Monday,está permitiendo que la conciencia de los obreros avance paulatinamente hacia el punto en el que puedan aprender acerca de la conciencia social. Con ésta, los obreros llegan a entender que son miembros de una clase y que necesitan la solidaridad de clase. Los trabajadores llegan a comprender que su clase es explotada y que deben luchar como clase contra esta explotación. Los tiempos actuales hacen un llamado a que los revolucionarios produzcan y diseminen propaganda que aborde la idea de la clase y su unidad.
La forma de pensar de los obreros todavía no ha progresado al punto tal de alcanzar la etapa de la conciencia social. Pero el rumbo es más importante que la velocidad. Queda claro que los trabajadores han empezado a discernir cuáles son los diferentes intereses de la clase. El simple hecho de contraatacar ya no es suficiente y los obreros han empezado a proponer programas al servicio de sus intereses. Esto significa algo fundamentalmente nuevo para la revolución en los Estados Unidos. Estos hechos son de suma importancia y definirán el papel de la Liga como una organización de revolucionarios.
Es la crisis económica la razón que está obligando a la gente a salir a las calles para corregir lo que perciben que no está bien. Pero la propaganda revolucionaria muestra los intereses de clase, desenmascara al enemigo y señala el rumbo a seguir con la visión de una nueva sociedad. La propaganda revolucionaria será decisiva para garantizar estos destellos de conciencia como puntos nodales en la manera de razonar del pueblo estadounidense.
Informe político del Comité Residente Permanente de la LRNA, noviembre del 2013.
marzo/abril 2014. vol 24. Ed3
This article originated in Rally, Comrades!
P.O. Box 477113 Chicago, IL 60647 rally@lrna.org
Free to reproduce unless otherwise marked.
Please include this message with any reproduction.