Los tiempos en los que estamos viviendo son peligrosos y experimentan rápidos cambios. Se están expresando polarizaciones de todo tipo. El mundo se está transformando lentamente en dos campos. Por el momento, Siria es el punto focal internacional para este movimiento. En el hemisferio occidental, la polaridad es cada vez más intensa. Venezuela abandonó una conferencia de reconciliación con los Estados Unidos, después de un ataque difamatorio por parte de este país en las Naciones Unidas, y de forma desafiante ofreció asilo político a Edward Snowden. Bolivia obligó a la embajada de los Estados Unidos a cerrar sus puertas y amenazó con romper relaciones después de la detención de su Presidente bajo una situación similar a una guerra. Durante la reciente sexagésima octava sesión de la Asamblea General de la ONU, un dirigente latinoamericano tras otro fueron denunciando las políticas estadounidenses. Aquí en los Estados Unidos, el asesinato de Trayvon Martin ha acelerado las divisiones raciales, nacionales y de clase. La riqueza y la pobreza continúan polarizándose al igual que todos los elementos del Estado, especialmente la Corte Suprema, reforzando así el control del fascismo en todos los aspectos de la vida.
Tanto de la derecha como de la izquierda, una cantidad cada vez mayor de personas se indignan y pierden su confianza en el gobierno. Así, se van acomodando todos los elementos de una insurrección social.
Como aspectos subyacentes de este proceso se encuentran la destrucción de la sociedad, la polarización de la riqueza y la negación de las necesidades básicas de la vida para crecientes segmentos del pueblo estadounidense. Si bien la gente de este país responde a los problemas que enfrenta, todavía no comprende la raíz de éstos, o a medida que tales problemas absorben al pueblo, éste no entiende la realidad del fascismo en los Estados Unidos.
El fascismo es un proceso objetivo, el resultado de un cambio cualitativo en la economía y la creación del desempleo permanente. Hay etapas en este proceso. Los aspectos económicos del fascismo se evidencian en la fusión de las corporaciones con el Estado, algo que ya se ha establecido. Los aspectos políticos del fascismo surgen con base en los aspectos económicos y lo facilitan.
Se han promulgado y se continúan aprobando una miríada de leyes dirigidas a contener la manifestación viva de las masas. Estas leyes también transforman la estructura jurídica, a fin de proteger y facilitar los intereses de las corporaciones y de la clase capitalista y con ello, la exclusión del pueblo estadounidense. El objetivo de los gobernantes es la preservación de la propiedad privada bajo cierto tipo de nuevo sistema.
El surgimiento y la interpenetración de estas etapas es la fase de las expresiones sociales del fascismo. Estamos presenciando la creación de un ambiente en el que se considera que las vidas de un segmento cada vez más grande del pueblo estadounidense no tienen valor. El veredicto sobre el asesinato de Trayvon Martin cristaliza esta realidad.
Una Nueva Etapa del Movimiento
Estas fases del desarrollo del fascismo están avivando y dando forma al emergente movimiento social. Al experimentar una creciente pobreza y la negativa de las autoridades o de los políticos de reparar el daño, los obreros están perdiendo su fé en el gobierno y empezando el proceso de separarse del sistema político. Este es un paso necesario en su desarrollo como clase y para su independencia de la clase capitalista. Estos procesos —las etapas del fascismo por un lado, y el surgimiento de una nueva fase del movimiento espontáneo por otro— están empezando a chocar y esto sólo profundizará más la polarización política, a medida que empeoran las condiciones.
En el contexto de estas condiciones, el surgimiento de un tercer partido es inevitable. Este no sólo representará la formación de uno u otro tercer partido individual, actualmente en existencia, sino que también reflejará un amplio movimiento social, a medida que se va desarrollando. Dentro de este impulso y en el marco de la formación de un tercer partido, los revolucionarios debemos descubrir la forma de trabajar “hombro a hombro” dentro de esa tercera agrupación política, de forma tal que nos podamos preparar para la etapa siguiente, el desarrollo de un partido de los trabajadores, mientras al mismo tiempo mantenemos nuestro papel independiente.
El proceso se está desarrollando poco a poco, sin ningún sentido de intereses de clase o una visión sobre el futuro que sí es posible. Esto permite que el movimiento emergente sea vulnerable al fascismo y a otras fuerzas que buscan acorralarlo y ponerlo en manos de la clase capitalista. Este amplio movimiento social es objetivo y como tal incluye todo tipo de corrientes. Asimismo, el movimiento es objetivamente comunista pero está surgiendo en un entorno en el que se le puede desviar y canalizarlo hacia una solución fascista. Los fascistas están respondiendo a las mismas condiciones en deterioro y al fracaso del gobierno en cuanto a la protección del bienestar del pueblo de los Estados Unidos, y se están organizando para plantear y materializar su programa.
Ya han llegado a su fin los días de alzamiento social a raíz de una economía en expansión y del avance de los intereses de la clase gobernante a través de ciertas concesiones. Actualmente, el movimiento está surgiendo no sólo en base a la destrucción de la economía y la sociedad, sino también dentro de un proceso de desarrollo del fascismo, cuyas etapas económicas y políticas ya han concluido y se está acelerando su etapa social. Los revolucionarios no podemos seguir igual después de comprender esto.
Las Condiciones Fomentan el Razonamiento
Las exigencias de este movimiento son objetivas; simplemente no pueden desaparecer. Estas exigencias requieren de viviendas, alimentos, atención a la salud y otras necesidades básicas de la vida. Este movimiento está entrando en conflicto con el Estado, el cual está interponiéndose en su camino para que se puedan satisfacer las necesidades básicas. De hecho, este movimiento, aunque tal vez no lo entienda, está luchando por transferir la propiedad capitalista para poder obtener alimentos y vivienda y poder cuidarse a sí mismo. El llamado de los revolucionarios a la nacionalización al servicio de los intereses de los obreros forma parte de este proceso. El Estado no permitirá esto y tiene la plena capacidad para reprimir cualquier intento dirigido a lograrlo. En sus esfuerzos por transferir la propiedad capitalista para el propio movimiento, el resultado importante no es la transferencia de la propiedad en sí —algo que los capitalistas no permitirán— sino el creciente grado de comprensión de que la propiedad no se podrá transferir porque la clase capitalista no lo consentirá.
El proceso apenas se encuentra en sus etapas iniciales, pero esta es nuestra estrella iluminante para establecer una organización que sea una expresión subjetiva del proceso objetivo. Aunque todavía se encuentran en la etapa de concientización social, las realidades del fascismo están fomentando las perspectivas y la experiencia de esta nueva etapa en el movimiento. Este inicio embrionario está llevando a los desposeídos de todo tipo hacia la actividad y los está politizando. Esto representa un desarrollo esencial para nuestra clase, a medida que va rompiendo sus lazos ideológicos y políticos con los gobernantes y se dispone a buscar su propio rumbo independiente. ¿Cuál es la raíz del problema, de qué forma reparan el daño y aprovechan todo lo que es posible gracias a este nuevo período de tiempo?
Es en el proceso de realizar que el Estado no reparará el daño ocasionado, lo cual da origen a la exigencia de nuevas soluciones y donde se crea la posibilidad de que los revolucionarios puedan desarrollar las etapas de la conciencia, junto con la línea de la marcha, a partir de las luchas dispersas hasta una lucha política unida en contra del Estado. Esta tarea requiere de una amplia propaganda dentro del reciente movimiento, a fin de poder ofrecer las respuestas que éste busca.
La creciente polaridad de la riqueza, la inevitabilidad de otra crisis económica, la propagación del fascismo y los alzamientos que están surgiendo nos alertan acerca de la situación cambiante. Con base en esto, determinamos la forma de continuar.
Tareas de los Revolucionarios
La causalidad es el cimiento filosófico de nuestra organización. Nuestra comprensión de que los hechos actuales son la base de los acontecimientos del mañana no sólo exige que examinemos detenidamente el presente, si no que utilicemos el conocimiento para prepararnos para el futuro. La evolución de los acontecimientos políticos resulta de un proceso dialéctico —es decir, de las etapas cuantitativas a las cualitativas. No es posible abordar el cambio cualitativo sin adaptar la forma de pensar y las actividades según cada etapa cuantitativa del desarrollo.
El nuevo nivel de movimiento social esta creando debates. Esto es bueno y saludable y los mismos deben ser similares a escuelas donde aprendemos a aplicar nuestro conocimiento dialéctico. En la actualidad, hay un debate sobre si existe o no un Estado fascista. La filosofía burguesa nos afirma que las cosas son categorías, cosas por sí mismas. La dialéctica nos enseña que cada cosa está relacionada con todo lo demás y está en constante movimiento, madurando, cayendo y levantándose de nuevo. Este debate debe incluir una discusión sobre cuáles son las características y los rasgos distintivos. En los Estados Unidos, la democracia ha significado esencialmente el derecho a votar por un elefante (el símbolo del Partido Republicano) o por un burro (el símbolo del Partido Demócrata). En otros países, ello se traduce a la obligación que tiene el Estado con el pueblo.
Hasta la fecha, los acontecimientos durante el último período han mostrado que nuestra línea general ha sido correcta. Un aspecto fundamental para el razonamiento y la forma de pensar de la Liga es que una nueva fuerza motora (el microchip) ha permitido el desarrollo de nuevos medios de producción que están destruyendo el valor como la base del intercambio. La producción carente de valor está marginando a una nueva clase de proletarios que no pueden existir sin la distribución según las necesidades. La destrucción del valor y el surgimiento de una clase comunista ha transformado al partido comunista —la expresión subjetiva del movimiento actual— de una base ideológica a una concreta y práctica, es decir, política. El viejo partido comunista ideológico es obsoleto y se debe reemplazar con uno que sea práctico y político, y que represente el movimiento de una verdadera clase comunista. Este partido aún no existe. La historia no puede avanzar sin el mismo. ¿De qué forma se puede establecer el mismo? ¿Qué tipo de organización de revolucionarios se necesita para establecer un partido de este tipo? Estas son algunas de las preguntas que el crecimiento del movimiento social ha inculcado en cada revolucionario.
Informe del Comité Residente Permanente de la LRNA, septiembre del 2013
enero-febrero 2014. vol 24. Ed 1
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