
Foto – Ron Adar
De los editores de Rally!/¡Agrupémonos! Voz de la Liga de Revolucionarios por una Nueva América
Zohran Mamdani, es un inmigrante de 33 años nacido en África, un socialista democrático, y miembro del Partido de las Familias Trabajadoras. Fue elegido alcalde de Nueva York el pasado 4 de noviembre con una plataforma que los demócratas corporativistas se negaron a respaldar. Su discurso de victoria la noche de las elecciones reflejó el momento histórico:
“Desde que tenemos memoria, los trabajadores de Nueva York han escuchado a los ricos y a los influyentes decirles que el poder no les pertenece”. Pero ahora, declaró, “El futuro está en nuestras manos”.
No fue una elección cualquiera. Más de 100.000 voluntarios construyeron un movimiento que abordó directamente la crisis de asequibilidad que asfixia a la clase trabajadora. La campaña de Mamdani se centró en trabajadores. Wesley, un organizador sindical del Local 1199 de SEIU, viaje dos horas desde Pensilvania porque el alquiler en Nueva York es inasequible. También el taxista con el que Mamdani realizó una huelga de hambre de 15 días frente al Ayuntamiento, quien todavía trabaja siete días a la semana. “Hermano, ahora estamos en el Ayuntamiento”, le dijo Mamdani.
La campaña de Mamdani introdujo conceptos de clase y poder. Aclaró a las relaciones de clase responsables del sufrimiento de la mayoría de los neoyorquinos. Y ofreció una solución programática para gravar la riqueza de los multimillonarios y financiar así la asequibilidad para la gente de Nueva York.
Trump lo llamó comunista. Mamdani no se inmutó. “Soy joven, a pesar de mis esfuerzos por envejecer”, dijo. “Soy musulmán. Soy un socialista democrático. Y lo más grave de todo, me niego a disculparme por nada de esto”.
Su desafío representa a una generación de jóvenes trabajadores que forman parte de una nueva clase trabajadora, creada por una nueva economía digital. Una parte creciente de la clase trabajadora está compuesta por trabajadores mal pagados y subempleados, trabajadores temporales y a tiempo parcial sin beneficios, y aquellos que están siendo desplazados por la inteligencia artificial (IA) y los robots. Votaron por alguien que describió su realidad y ofreció soluciones reales.
El rehuso de los demócratas corporativistas a respaldar a Mamdani puso al descubierto la lucha sobre a qué clase social sirve el gobierno. Pero la gente trabajadora no esperó permiso. En cambio, tocaron puertas, conversaron, crearon conciencia y construyeron poder desde abajo.
Como dijo Mamdani, “La política ya no será algo que se nos imponga. Ahora, es algo que nosotros hacemos”. Así se manifiesta la conciencia política: personas que entienden que necesitan luchar juntas por el poder para conseguir y crear lo que sus comunidades necesitan.
Mamdani también vinculó su programa a la lucha contra el fascismo. Prometió proteger a Nueva York de Trump y lo hizo de forma personal: “Donald Trump, como sé que me estás viendo, tengo cuatro palabras para ti: Sube el volumen”.
Explicó que detener a Trump significa desmantelar las condiciones que le permitieron acumular poder. Prometió exigir responsabilidades a los propietarios abusivos, acabar con la corrupción que permite a los multimillonarios evadir impuestos, ampliar las protecciones laborales y defender a los inmigrantes. Lanzó la contundente declaración: “Para llegar a cualquiera de nosotros, tendrán que pasar por encima de todos nosotros”.
La plataforma de Mamdani desafía directamente las relaciones de propiedad corporativa. Congelar los alquileres ataca las ganancias de los propietarios. El transporte público gratuito cuestiona la mercantilización del transporte público. Las tiendas de comestibles municipales implican que la propiedad pública compita con los monopolios alimentarios corporativos. La atención infantil universal elimina otra fuente de ganancias para el sector privado. Estas políticas apuntan hacia un futuro en el que la riqueza de la sociedad esté controlada por y para la clase trabajadora.
Esta victoria también representa una esperanza para la construcción de un poder político independiente. La campaña de Mamdani, al derrotar al sistema establecido, demuestra que los trabajadores pueden unirse en torno a sus necesidades reales y triunfar. Este es el tipo de lucha política que puede conducir a un nuevo gobierno que sirva al pueblo y al planeta, no a las corporaciones.
Como dijo Mamdani a la multitud, citando a Eugene Debs: “Puede que el sol se haya puesto sobre nuestra ciudad esta tarde, pero puedo ver el amanecer de un día mejor para la humanidad”. Lo que sucedió en Nueva York refleja lo que está ocurriendo en todo el país. La misma clase de trabajadores desplazados existe en cada ciudad y pueblo de Estados Unidos. Luchan contra alquileres inasequibles, salarios estancados y un sistema que ya no los necesita. Están listos para una política que responda a sus necesidades reales sin condescendencia.
Pero la victoria no llegó solo por él. La campaña de Mamdani demostró lo que se necesita: 100.000 voluntarios, una organización incansable, ir de puerta en puerta, conversación tras conversación. Se necesita unidad entre todos los sectores de la clase trabajadora. Se necesita desarrollar una visión clara de la sociedad cooperativa por la que luchamos y difundirla entre la gente. Se necesita estrategia para construir un verdadero poder político.
Y se necesita mucho trabajo duro, del que no se rinde ni siquiera cuando las probabilidades parecen imposibles. Nueva York demostró lo que es posible cuando los trabajadores se organizan en torno a sus necesidades y luchan juntos por el poder. Ahora la pregunta es: ¿quién será el siguiente?
Publicado el 1 de diciembre de 2025
Este artículo se originó en ¡Agrupémonos!
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