Secretaría, Liga de Revolucionarios por una Nueva América
Le tomó a la policía de Minneapolis 8 minutos y 46 segundos asesinar a George Floyd. La explosión de cuatro siglos de dolor, cólera e indignación moral comunales fue inmediata.
La policía arremetió contra los manifestantes con otra ola de la misma violencia que denunciaban. Incitando al odio, el presidente instigó la violencia paramilitar e instó a las fuerzas armadas a someter a la gente. El Secretario de la Defensa calificó las protestas de “campo de batalla” y animó a los gobernadoras a “dominarla”. Generales jubilados de cuatro estrellas denunciaron las acciones del presidente y su llamado a movilizar las fuerzas militares contra el pueblo americano, dando la alarma sobre la amenaza a la Constitución de EE.UU.
Todos los sectores de la sociedad son impulsados a la acción. Una rebelión provocada por la ira y el escándalo moral se extiende por todo el país.
El significado de esta rebelión
La rebelión es una manifestación de siglos de lucha por la justicia. Intensifica, de ahora en adelante, la conversación a nivel nacional.
Significa que un pueblo que ha sido esclavizado, segregado, encarcelado, empobrecido, aterrorizado, asesinado y degradado no seguirá sumiso. Significa que personas de otros sectores de la sociedad saben y creen que Black Lives Matter—la vida del pueblo negro cuenta. La indignación moral es un buen punto de partida para el entendimiento político.
Después de cinco meses de pandemia, las cicatrices de la esclavitud y la desigualdad eran evidentes para todo el mundo—la gente afroamericana moría de coronavirus a un ritmo tres veces mayor que la gente blanca. Cada necesidad de la gente negra es también un reclamo de la clase trabajadora en general. Nadie podrá lograr sus metas sin que las logre el pueblo negro. Por todas partes, se manifestaron los jóvenes de forma masiva, inspirando gran confianza en su moralidad y potencial.
La rebelión rechaza la inmoralidad y decadencia del orden político. Un orden que se esfuerza para mantener un capitalismo autodestructivo sólo ofrece falsas promesas y más destrucción. En el plano general, el movimiento revolucionario tiene que pasar de luchas económicas aisladas a una lucha política unida y en ese proceso la rebelión significa un poderoso avance. Va bien encaminada. Personas de todos los sectores sociales y todas las etnias y nacionalidades levantaron la voz y arriesgaron físicamente para decir que el terror policial contra el pueblo negro es inhumano e inmoral. No seguirán tolerándolo. Millones de americanos empiezan a entender que no son libres mientras cualquier grupo es aterrorizado.
Ante un orden político brutal, decaído y destructivo, las rebeliones del 2020 establecen la pauta política. La batalla por las necesidades básicas frente a la pandemia no se dirige a un virus inconsciente. Es una lucha contra un orden político que no rendirá su poder y riqueza para asegurar la salud y el bienestar de todos los sectores de la sociedad. La rebelión dio el ejemplo para la lucha hasta celebrarse las elecciones de noviembre (si las hay) y más allá.
¿Qué hacer?
La rebelión apenas ha comenzado. Al concluir este breve análisis, nos llega la noticia del asesinato de otro joven negra a manos de la policía de Atlanta. La lucha y la discusión continuarán, se profundizarán y se intensificarán.
No olvidemos el terror que desató esta rebelión. Nosotros en la LRNA estamos codo con codo con los que luchan por dejar de financiar la policía, abolir las prisiones, asegurar la salud y seguridad pública y satisfacer todas las demandas del movimiento en contra del terror policial.
Mientras los revolucionarios participan en las luchas en todos los frentes, nosotros nos centramos en el ejemplo político que da la rebelión y su mensaje de que la fuerza de una lucha depende de insistir en que se satisfagan las necesidades de los más explotados y oprimidos entre nosotros. Como revolucionarios, participamos para que lucha siga avanzando hacia sus propósitos y objetivos por el camino más directo, ensanchando las filas de los revolucionarios armados con un entendimiento de la dirección y el destino final del movimiento. La historia enseña qué hacer en este momento. En el Movimiento de Derechos Civiles de los años 50 y 60, todos los sectores de la población afroamericana estaban activos, conformando un amplio espectro de la lucha social por la igualdad. En 1965, el terror policial en Watts, CA, provocó una rebelión que se apoderó de la calle por casi una semana. El elemento proletario dentro del gran movimiento social por la igualdad se impuso como la fuerza motriz de la lucha. Las demandas proletarias predominaron. La furia del movimiento se dirigió contra el Estado. Lo que había sido una lucha social sin blanco político entonces tomó un curso dramáticamente político.
La rebelión de Watts transformó y vigorizó la discusión y la lucha por todo el país. La Rebelión del 2020 es mucho más amplia. Hoy, la clase en poder ya no tiene qué ofrecer en respuesta a la lucha.
En todas partes, la gente anhela hablar sobre lo que está pasando, lo que significa y qué hacer. Los espacios de aprendizaje son ubicuos—medios sociales, organizaciones de lucha, círculos de discusión o estudio, las luchas contra la financiación de la policía y por abolir las prisiones y para financiar las escuelas y la atención médica ante el coronavirus. Las posibilidades son infinitas. Hay que entender el momento y mantenerse en curso preparándose para el futuro del movimiento.
¿Qué sucede con un sueño postergado . . . después de estallar?
[“¿Qué sucede con un sueño postergado?” es el primer verso de un poema de Langston Hughes. Para verlo en su totalidad, haz clic en el vínculo.]