Los medios de producción electrónica cualitativamente más eficientes disminuyen en gran medida el costo de producción de las necesidades básicas de la vida. Esto hace posible un paraíso económico de abundancia para todos. Sin embargo, bajo el capitalismo, también conduce a la reducción del precio de la mano de obra y ata aún más al obrero con una cadena de pobreza, de explotación y de trabajo embrutecedor.
La máquina a vapor creó la clase obrera industrial que reemplazó a la existente clase manufacturera. Ahora, una nueva clase de obreros se está formando a consecuencia de la producción electrónica. Está nueva clase consiste de sectores empleados y desempleados. Dentro del sector empleado, los trabajadores empleados a medio tiempo, en casos de contingencias y con sueldos por debajo del salario mínimo ya representan más del 40% de la fuerza laboral de EE.UU. Este sector empleado de la clase se ve constantemente arrastrado hacia el sector desocupado, el cual incluye desde los desempleados en términos estructurales hasta los trabajadores absolutamente indigentes y sin techo.
La nueva clase no puede resolver sus problemas económicos sin la posesión pública de los medios de producción socialmente necesarios y la distribución del producto social según las necesidades. Por primera vez, se está formando una clase económica objetivamente comunista que pasará a formar la base de un movimiento político comunista.
La globalización crea esta nueva clase en todas partes. La unidad global representa la condición de su emancipación nacional. La Liga de Revolucionarios por una Nueva América (LRNA, por sus siglas en inglés) extiende una mano de camaradería al mundo entero.
La producción digital que elimina salarios es antagónica al capitalismo, el cual se basa en la compra y venta de la fuerza de trabajo. Este antagonismo está polarizando económica, social y políticamente a la sociedad, lo que hace que ya sea inevitable una revolución social y política. Una nueva forma de Estado fascista, el dominio bruto del poder empresarial, está surgiendo para oponerse a este movimiento. La sociedad debe apoderarse de estas empresas, o ellas seguirán apoderándose de la sociedad.
Actualmente, una inmensa cantidad de personas socialmente conscientes, por medio de sus actos o de sus palabras, se declaran revolucionarios en oposición a las condiciones sociales y económicas en deterioro. La misión de la Liga es unir a los revolucionarios dispersos, con base en las demandas de la nueva clase, para capacitarlos y convencerlos a que contribuyan a una solución colaborativa y comunista del problema.
Las demandas de esta nueva clase empobrecida para obtener alimentos, vivienda, educación, atención médica y la oportunidad de contribuir a la sociedad se pueden resumir como la demanda de contar con una sociedad cooperativa. Se debe basar en la posesión pública de los medios de producción socialmente necesarios y en la distribución del producto social de acuerdo a las necesidades de cada uno.
La nueva clase debe tener el poder político necesario para lograr estas metas. Con el fin de alcanzar ese poder, la Liga lucha hombro a hombro con todas las organizaciones políticas y los sectores de la sociedad que luchan contra la creciente pobreza, la destrucción social y ecológica, el fascismo y la guerra.
A pesar del deterioro de las condiciones económicas, nada se podrá lograr hasta que el pueblo estadounidense tenga una visión de hacia dónde quiere ir y quiénes quieren ser. La tarea principal de los revolucionarios y la base de nuestra organización es crear esta visión compartida con ellos.
La destrucción del medio ambiente, la creciente amenaza de una guerra nuclear y las inminentes pandemias están poniendo en duda hasta la existencia misma de la raza humana. La batalla es una lucha de clase. La guerra es por la supervivencia de la humanidad. En la Liga enfrentamos el futuro con confianza. Hacemos un llamado a todos los revolucionarios a que abandonen las diferencias sectarias, se unan en torno a las demandas prácticas de la nueva clase y aseguren el futuro de la humanidad y del planeta, hoy en peligro.
noviembre/diciembre 2018.Vol28.Ed6
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